
Tú y yo juntos, estrechándonos
bajo una lluvia de flores, color jacaranda
cayendo por el piso, alrededor nuestro.
Las copas de los árboles meciéndose
disminuyendo el tibio calor de esa tarde,
por el rumor que nos traía el viento fresco.
Las olfativas señales. El azul del cielo,
combinándose con los amenazadores
tonos de gris, la furia impensada del viento.
La luz surcando el cielo, el atronador ruido
y el estallido de la fabulosa lluvia,
humedeciendo nuestros rostros.
Los diferentes y vividos colores,
de las flores y de las plantas.
Recuerdo tu rostro,
mi viaje a tus bellos ojos,
mi regreso al aroma de la tierra.
Fue una bella tarde de armonía.
Debí morir ese día, que en soledad, hoy recuerdo.