Solo una visión

[Ana Muela Sopeña]

Por las calles sonámbulas dormita tu recuerdo en cada piedra. Las sombras de la noche se aparecen despacio con luces de semáforos abiertos al misterio. Hay un secreto a voces en las horas que saben del amor y de la muerte. El olvido se traga las memorias de los días felices. A veces el reloj de una iglesia cercana habla de la ciudad como un enigma que en el silencio místico del tiempo arrulla la belleza de lo íntimo. Los árboles desnudos, en las avenidas solitarias, entregan sus abrazos a la niebla y aguardan en sus cápsulas las fechas luminosas y crepúsculos para soñar despiertos con las nubes. Lento mi deambular por la conciencia de un paseo lluvioso sin paraguas. En cada casa veo resplandores de cuartos encendidos, antes de que se apaguen, herméticos, sin brillo, para llevar por mundos invisibles a los habitantes de la urbe. En una habitación, tras las cortinas, me piensas sin disfraces y miras mi contorno en la distancia como si fuera solo una visión...


Ana Muela Sopeña

[F. Enrique]

Hay un secreto a voces en las horas que saben del amor y de la muerte.

Muy bello tu poema, Ana, pero es sobre todo profundo, no puede ser de otra forma cuando hablas del amor y de la muerte en los que Dylan Thomas veía soledad, cuando clavas las uñas en el rincón adonde se fueron los días felices. Quizás me vaya un poco del tema, pero acabo de escuchar la canción "Days" y me he empapado de la evocación del amor en el recuerdo.

Un abrazo.

[Mirta Elena Tessio]

Por las calles sonámbulas dormita tu recuerdo en cada piedra. Las sombras de la noche se aparecen despacio con luces de semáforos abiertos al misterio. Hay un secreto a voces en las horas que saben del amor y de la muerte. El olvido se traga las memorias de los días felices. A veces el reloj de una iglesia cercana habla de la ciudad como un enigma que en el silencio místico del tiempo arrulla la belleza de lo íntimo. Los árboles desnudos, en las avenidas solitarias, entregan sus abrazos a la niebla y aguardan en sus cápsulas las fechas luminosas y crepúsculos para soñar despiertos con las nubes. Lento mi deambular por la conciencia de un paseo lluvioso sin paraguas. En cada casa veo resplandores de cuartos encendidos, antes de que se apaguen, herméticos, sin brillo, para llevar por mundos invisibles a los habitantes de la urbe. En una habitación, tras las cortinas, me piensas sin disfraces y miras mi contorno en la distancia como si fuera solo una visión...


Ana Muela Sopeña

Hola Ana, bellas imagenes encuentro en tu escrito y metáras logradas.
¡Lento mi deambular por la conciencia de un paseo lluvioso sin paraguas!
Me encanto tu visión del amor y la muerte.
Besos .

[Ramón Carballal]

Manejas como nadie el trasfondo citadino en los poemas. Un gusto leer estos versos. Saludos.

[Pilar Morte]

Muy hermosa esta prosa poética. Se siente el deambular por las calles, las sensaciones que producen la lluvia y las calles. Me gustó.
Abrazos y salud

[Marisa Peral]

Por las calles sonámbulas dormita tu recuerdo en cada piedra.

Las sombras de la noche se aparecen despacio con luces de semáforos abiertos al misterio.

Hay un secreto a voces en las horas que saben del amor y de la muerte. El olvido se traga las memorias de los días felices.

A veces el reloj de una iglesia cercana habla de la ciudad como un enigma que en el silencio místico del tiempo arrulla la belleza de lo íntimo. Los árboles desnudos, en las avenidas solitarias, entregan sus abrazos a la niebla y aguardan en sus cápsulas las fechas luminosas y crepúsculos para soñar despiertos con las nubes. Lento mi deambular por la conciencia de un paseo lluvioso sin paraguas. En cada casa veo resplandores de cuartos encendidos, antes de que se apaguen, herméticos, sin brillo, para llevar por mundos invisibles a los habitantes de la urbe.

En una habitación, tras las cortinas, me piensas sin disfraces y miras mi contorno en la distancia como si fuera solo una visión...


Ana Muela Sopeña

Ana, leerte es pasear contigo junto a la Ría, deambular sin rumbo fijo simplemente observando.
Te he resaltado las frases que me han llegado de una forma especial.
Es un placer leerte, querida amiga.

Un beso grande.

[Alonso Vicent]

Por las calles sonámbulas dormita tu recuerdo en cada piedra. Las sombras de la noche se aparecen despacio con luces de semáforos abiertos al misterio. Hay un secreto a voces en las horas que saben del amor y de la muerte. El olvido se traga las memorias de los días felices. A veces el reloj de una iglesia cercana habla de la ciudad como un enigma que en el silencio místico del tiempo arrulla la belleza de lo íntimo. Los árboles desnudos, en las avenidas solitarias, entregan sus abrazos a la niebla y aguardan en sus cápsulas las fechas luminosas y crepúsculos para soñar despiertos con las nubes. Lento mi deambular por la conciencia de un paseo lluvioso sin paraguas. En cada casa veo resplandores de cuartos encendidos, antes de que se apaguen, herméticos, sin brillo, para llevar por mundos invisibles a los habitantes de la urbe. En una habitación, tras las cortinas, me piensas sin disfraces y miras mi contorno en la distancia como si fuera solo una visión...


Ana Muela Sopeña

Urbano poema, con sus luces y sus sombras.
Los árboles, por suerte, son universales; y los sueños no entienden de poblaciones.
Una ciudad, un mundo por descubrir; incluidos tactos y contactos.
Me dejé llevar por el poema... será el recuerdo de haber nacido en una ciudad y haberla cambiado por un pueblo, y haberlo mixturado con las montañas y sus raíces.
Visiones que fueron un placer leer después de la merienda-cena y antes de la soledad del sueño.
Un abrazo, Ana, antes de la desconexión.

[Raul Muñoz]

Por las calles sonámbulas dormita tu recuerdo en cada piedra. Las sombras de la noche se aparecen despacio con luces de semáforos abiertos al misterio. Hay un secreto a voces en las horas que saben del amor y de la muerte. El olvido se traga las memorias de los días felices. A veces el reloj de una iglesia cercana habla de la ciudad como un enigma que en el silencio místico del tiempo arrulla la belleza de lo íntimo. Los árboles desnudos, en las avenidas solitarias, entregan sus abrazos a la niebla y aguardan en sus cápsulas las fechas luminosas y crepúsculos para soñar despiertos con las nubes. Lento mi deambular por la conciencia de un paseo lluvioso sin paraguas. En cada casa veo resplandores de cuartos encendidos, antes de que se apaguen, herméticos, sin brillo, para llevar por mundos invisibles a los habitantes de la urbe. En una habitación, tras las cortinas, me piensas sin disfraces y miras mi contorno en la distancia como si fuera solo una visión...


Ana Muela Sopeña

Muy bella prosa poética. Tiene el enigma por descifrar: esa visión. Viene para quedarse. Me gustó mucho, Ana. Gracias por compartir.

Un abrazo.

[E. R. Aristy]

Por las calles sonámbulas dormita tu recuerdo en cada piedra. Las sombras de la noche se aparecen despacio con luces de semáforos abiertos al misterio. Hay un secreto a voces en las horas que saben del amor y de la muerte. El olvido se traga las memorias de los días felices. A veces el reloj de una iglesia cercana habla de la ciudad como un enigma que en el silencio místico del tiempo arrulla la belleza de lo íntimo. Los árboles desnudos, en las avenidas solitarias, entregan sus abrazos a la niebla y aguardan en sus cápsulas las fechas luminosas y crepúsculos para soñar despiertos con las nubes. Lento mi deambular por la conciencia de un paseo lluvioso sin paraguas. En cada casa veo resplandores de cuartos encendidos, antes de que se apaguen, herméticos, sin brillo, para llevar por mundos invisibles a los habitantes de la urbe. En una habitación, tras las cortinas, me piensas sin disfraces y miras mi contorno en la distancia como si fuera solo una visión...


Ana Muela Sope

Puedo ver que aquello que tildan de enigmatico, o de hermetico, es ese laberinto de la mente y ese lente prescrito al azar. Tu lente es de alto alcance y nos revela las camaras escondidas desde los lugares insolitos, en la hora de revelaciones intangibles. Me conmueve la gran belleza de este poema, Ana Muela Sopeña. Abrazos, ERA

[Antonio Justel]

... creo que es evidente que estamos entrando en un espacio de hacer poético nuevo, desconocido y creo que deslumbrante ...; lo intuyo - y digo - porque este "poema" y ya otros aportados al Foro, están crando y trayendo "mundo imaginario" que dará por cierto y existente cuanto sean los petas capaces de imaginar ...; así, Ana, este tan lindo aporte qu nos has traído y por el que te felicito y nombro... Abrazo, amiga. a. justel/Orión