Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Martín Desormeaux escribió:Todo el poema me gusta mucho, Carmen, pero hoy me quedo con estos versos:
"sin embargo, tú,
que sabes quién padece los sonidos,
me invitas a vivir en la mudez"
Un gusto leerte. Un abrazo.
Martín Desormeaux.-
Ójala sea verdad eso que dices... Agradezco mucho tu valoración y tu lectura.J. J. M. Ferreiro escribió:carmen iglesia escribió:
Y, sin embargo, tú,
que sabes quién padece los sonidos,
me invitas a vivir en la mudez.
A construir un verbo antiguo.
A vivir en un sueño que no duerme.
Carmen, tienes una facilidad asombrosa para construir versos aparentemente sencillos pero con una gran contundencia en la belleza y la profundidad de su mensaje.
Un par de bicos
Me alegra que te gustara, Rafel... Y sí, a veces, me extiendo un poco pero mi manera de entender la poesía sigue siendo la misma: o sea, la búsqueda de lo concreto... escribir mucho para luedo podar todo aquello que hace que el poema pese... Puede que esté equivocada pero es lo que pretendo...Rafel Calle escribió:Muy hermoso este poema, querida amiga Carmen.
Veo que vas extendiéndote en los trabajos y pienso que eso hace mucho bien a tus poemas.
Ha sido un placer leerte. Felicidades.
Te mando un fuerte abrazo.
Óscar Distéfano escribió:Otro para la colección. Lenguaje suave, único,
sugerente, que me devuelve a la esencia de la poesía,
a la magia sin rodeos.
Gracias por el placer.
Óscar
carmen iglesia escribió:El invierno en las voces,
el ascenso del miedo,
la noche perforada por el hambre.
Y esa sed que se prende en la palabra
y bebe de ella el zumo del espanto.
Qué oscuro es el camino de las sombras.
Cuántos monstruos lo habitan,
cuántos seres se comen su miseria.
Y, sin embargo, tú,
que sabes quién padece los sonidos,
me invitas a vivir en la mudez.
A construir un verbo antiguo.
A vivir en un sueño que no duerme.
Esteban Romano escribió:carmen iglesia escribió:El invierno en las voces,
el ascenso del miedo,
la noche perforada por el hambre.
Y esa sed que se prende en la palabra
y bebe de ella el zumo del espanto.
Qué oscuro es el camino de las sombras.
Cuántos monstruos lo habitan,
cuántos seres se comen su miseria.
Y, sin embargo, tú,
que sabes quién padece los sonidos,
me invitas a vivir en la mudez.
A construir un verbo antiguo.
A vivir en un sueño que no duerme.
Antiguo ,pero sigue siendo tan necesario
mientras el projimo calla ,todo lo que nos rodea lo dice
bue ,te deseo un muy feliz 2009!
un abrazote Carmen
Esteban
carmen iglesia escribió: Qué oscuro es el camino de las sombras.
Cuántos monstruos lo habitan,
cuántos seres se comen su miseria.
A vivir en un sueño que no duerme.
Óscar Bartolomé Poy escribió:carmen iglesia escribió: Qué oscuro es el camino de las sombras.
Cuántos monstruos lo habitan,
cuántos seres se comen su miseria.
A vivir en un sueño que no duerme.
Me han gustado en especial esos versos que he destacado. Decir que el camino de las sombras es oscuro es casi un pleonasmo, pero esa expresión le da mucha vehemencia. Por su imposibilidad, ese sueño que no duerme es lo más angustioso que se pueda imaginar.
Saludos, Carmen, y un placer conocer tu poesía.
carmen iglesia escribió:El invierno en las voces,
el ascenso del miedo,
la noche perforada por el hambre.
Y esa sed que se prende en la palabra
y bebe de ella el zumo del espanto.
Qué oscuro es el camino de las sombras.
Cuántos monstruos lo habitan,
cuántos seres se comen su miseria.
Y, sin embargo, tú,
que sabes quién padece los sonidos,
me invitas a vivir en la mudez.
A construir un verbo antiguo.
A vivir en un sueño que no duerme.
Raúl Pozo Madrid escribió:carmen iglesia escribió:El invierno en las voces,
el ascenso del miedo,
la noche perforada por el hambre.
Y esa sed que se prende en la palabra
y bebe de ella el zumo del espanto.
Qué oscuro es el camino de las sombras.
Cuántos monstruos lo habitan,
cuántos seres se comen su miseria.
Y, sin embargo, tú,
que sabes quién padece los sonidos,
me invitas a vivir en la mudez.
A construir un verbo antiguo.
A vivir en un sueño que no duerme.
Ya lo había leído otras veces, y no seré yo quien te invite a vivir en la mudez.
Un abrazo, guapísima.