Caricias

[jose manuel saiz]

CARICIAS

Me enternece mirar y acariciar
a mis seres queridos cuando duermen.
Las yemas de mis dedos se estremecen
al tantear sus párpados dormidos
(A veces me recuerdo acariciando
la cara de mi hermano en una cuna,
a mi mujer dormida en mi regazo
y a mi madre en su cama, moribunda.
No me olvido tampoco de mis perros;
bebí de su candor mientras dormían).
Media tierra se duerme por la noche
y lo hacen por el día los luceros;
al mundo lo acaricio al caminar
y al cielo en el reflejo de los ríos.

Tantas veces a mí me acariciaron
que hoy llevo el corazón en carne viva
(lo sé, porque me encuentro al despertar,
farolillos de luz en las mejillas).
Ya se fueron mis padres y mis perros
y no veré soñar a mi mujer;
mi hermano se marchó siendo pequeño…,
ni el cielo ni la tierra tienen piel.
No queda nadie a quien acariciar.
Solo tengo un hatillo de recuerdos
donde llevo el candor de una caricia.
Esta noche me iré a ese lugar
donde al dormir, te arropan los jilgueros.

--oOo--

[Pilar Morte]

Qué bonito lo que dices y cómo lo dices. Es tan dulce el poema que atrapa. Felicidades.
Abrazos y felices fiestas.

[Julio Gonzalez Alonso]

Pues nos iremos acostumbrando -cada vez más- a ir acariciando los recuerdos... Amigo José Manuel, todo lo que tocas lo hace mágico. No sé por qué leerte me transmite paz, mucha paz. Un abrazo navideño. Salud.

[F. Enrique]

Una inmersión en la ternura, en la profundidad que yace en el recuerdo, José Manuel. Haces que toquemos tus sentimientos, que caminemos por tu tristeza, y lo haces eludiendo un efectismo innecesario. Tus palabras resultan tan verdaderas, guiadas por ese tono que dominas, que hace que sintamos a un amigo que nos habla.

Un abrazo.

[jose manuel saiz]

Amigos, muchas gracias por lps comentarios.
Un abrazo.
J. Manuel

[J. J. Martínez Ferreiro]

Entrañable y de una exquisita sensibilidad.

Todo un placer de lectura, amigo José Manuel.

Abrazos y salud.

[E. R. Aristy]

CARICIAS

Me enternece mirar y acariciar
a mis seres queridos cuando duermen.
Las yemas de mis dedos se estremecen
al tantear sus párpados dormidos
(A veces me recuerdo acariciando
la cara de mi hermano en una cuna,
a mi mujer dormida en mi regazo
y a mi madre en su cama, moribunda.
No me olvido tampoco de mis perros;
bebí de su candor mientras dormían).
Media tierra se duerme por la noche
y lo hacen por el día los luceros;
al mundo lo acaricio al caminar
y al cielo en el reflejo de los ríos.

Tantas veces a mí me acariciaron
que hoy llevo el corazón en carne viva
(lo sé, porque me encuentro al despertar,
farolillos de luz en las mejillas).
Ya se fueron mis padres y mis perros
y no veré soñar a mi mujer;
mi hermano se marchó siendo pequeño…,
ni el cielo ni la tierra tienen piel.
No queda nadie a quien acariciar.
Solo tengo un hatillo de recuerdos
donde llevo el candor de una caricia.
Esta noche me iré a ese lugar
donde al dormir, te arropan los jilgueros.

--oOo--

Oh! Para eo se hiciero las manos y los ojos, ambos ven y ambos acarician. Belleza sublime, Jose Manuel. Abrazos!

[Raul Muñoz]

CARICIAS

Me enternece mirar y acariciar
a mis seres queridos cuando duermen.
Las yemas de mis dedos se estremecen
al tantear sus párpados dormidos
(A veces me recuerdo acariciando
la cara de mi hermano en una cuna,
a mi mujer dormida en mi regazo
y a mi madre en su cama, moribunda.
No me olvido tampoco de mis perros;
bebí de su candor mientras dormían).
Media tierra se duerme por la noche
y lo hacen por el día los luceros;
al mundo lo acaricio al caminar
y al cielo en el reflejo de los ríos.

Tantas veces a mí me acariciaron
que hoy llevo el corazón en carne viva
(lo sé, porque me encuentro al despertar,
farolillos de luz en las mejillas).
Ya se fueron mis padres y mis perros
y no veré soñar a mi mujer;
mi hermano se marchó siendo pequeño…,
ni el cielo ni la tierra tienen piel.
No queda nadie a quien acariciar.
Solo tengo un hatillo de recuerdos
donde llevo el candor de una caricia.
Esta noche me iré a ese lugar
donde al dormir, te arropan los jilgueros.

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¡Cuánta sensibilidad! Todo el poema te arropa y es una caricia eterna. Me quedo aquí. Gracias por compartir, Jose Manuel.

Un abrazo.

[Mirta Elena Tessio]

CARICIAS

Me enternece mirar y acariciar
a mis seres queridos cuando duermen.
Las yemas de mis dedos se estremecen
al tantear sus párpados dormidos
(A veces me recuerdo acariciando
la cara de mi hermano en una cuna,
a mi mujer dormida en mi regazo
y a mi madre en su cama, moribunda.
No me olvido tampoco de mis perros;
bebí de su candor mientras dormían).
Media tierra se duerme por la noche
y lo hacen por el día los luceros;
al mundo lo acaricio al caminar
y al cielo en el reflejo de los ríos.

Tantas veces a mí me acariciaron
que hoy llevo el corazón en carne viva
(lo sé, porque me encuentro al despertar,
farolillos de luz en las mejillas).
Ya se fueron mis padres y mis perros
y no veré soñar a mi mujer;
mi hermano se marchó siendo pequeño…,
ni el cielo ni la tierra tienen piel.
No queda nadie a quien acariciar.
Solo tengo un hatillo de recuerdos
donde llevo el candor de una caricia.
Esta noche me iré a ese lugar
donde al dormir, te arropan los jilgueros.

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Me ha encantado tu poema que nos recuerda las cariacias que recibimos yo no tengo mucho que
recordar, pero a travez de tus versos siento que si las tuve. Gracias por compartir tus bellos poemas
José Manuel. Abrazos.-