contra las estrellas.
María es la muchacha del vestido a cuadros,
de los zapatos bajos,
—porque anda mejor—
de las leves respuestas
a los ojos castaños de Luis.
que cada noche sueño en libertad!
María es la muchacha que trabaja
en su oficina gris,
entre cuatro paredes,
—así dice ella—
María en la ciudad con su madre,
Hermanos y su novio Luis,
que la besa con su boca
—sabor almendras—
y le compra vino
pretendiendo algo más.
cualquiera
de mal de ausencia.
María con sus poemas de amor
—en el bolso amarillo—
y su vida,
falseada y organizada,
por nuestra vieja sociedad.
yo muero, ay madre.
Desamparada,
a veces se mantiene,
de tanto desamparo,
sin dormir varias noches.
páramos, dura estepa,
que en la garganta clavas
ríos de llanto.
Y sin saber por qué
quiere huir
a la extraña aventura,
cuando su corazón se admira
de tanta posible realidad.
contra las estrellas.
Y María es la muchacha
que así le baila a Luis:
que se viene cantando.
Hay una pena negra
que nos viene cubriendo
en las noches sin lluvia.
Como una piedra,
como un cristal,
reluces grande,
fría y total,
amapola nueva,
vencedora de la enfermedad.
un gran abrazo, un gran abrazo,
como una luna roja
entre los brazos.