Princesa encantada

[F. Enrique]

Un poema que rememora una despedida como si fuera eterna. En el recuerdo sigue latiendo esa mujer princesa de cuento.

Tu estilo es siempre perfecto. Describes las pérdidas de maravilla, Enrique.

La cadencia de tus versos siempre tiene un ritmo espectacular.

Enhorabuena
Un beso grande
Ana

No habléis de amor,
ya conozco esa palabra,
está durmiendo en mi memoria,
y no quiero despertar el sueño
de los sentimientos que han muerto.
(Paul Simon - Soy una roca)


Este poema lo escribí con poco más de 20 años. Hoy me ha dado por retocarlo con el riesgo que ello conlleva. Me gusta arriesgar. Me recordaba una estancia forzosa en Toledo, siempre es sugerente recurrir a la leyenda y compararla con la realidad. Puede que el amor ideal no exista, a ver cómo se lo explicas a tanto platónico de salón que anda por ahí dando lecciones.

Muchas gracias. Un abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

No es posible desprenderse de la propia piel del amor; envejecen los días y los años, mueren las ilusiones en las arrugas, pero ese amor no pasará nunca, porque es ola que vuelve incansable a la memoria de los afectos. No hay despedida posible por más que repitamos la despedida. Tu poema me ha llevado hasta aquí, con o sin otra razón que lo que he creído y querido leer. Muchas gracias, Enrique. Salud.

[F. Enrique]

No es posible desprenderse de la propia piel del amor; envejecen los días y los años, mueren las ilusiones en las arrugas, pero ese amor no pasará nunca, porque es ola que vuelve incansable a la memoria de los afectos. No hay despedida posible por más que repitamos la despedida. Tu poema me ha llevado hasta aquí, con o sin otra razón que lo que he creído y querido leer. Muchas gracias, Enrique. Salud.

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En una edad en la que la rebeldía es una norma, intentaba rebelarme contra el amor cortés inamovible. Yo no era un ejemplo a seguir, no creía en el amor eterno. Mantener mi perfil humano provocaba reacciones que me robaban la sonrisa. Yo no tenía el candor embriagador del Neruda adolescente, ya estaba influenciado por Pavese.

Muchas gracias, Julio.

[Mirta Elena Tessio]

Nada se fue tan lejos de ti
como el amor a ti misma.
(A la sombra de tu ausencia)

Quizás también tú mueras
con tu manto y tu torre.
Quizás no sea yo
quien busque en tus ruinas.

Quizás no vuelva a verte
con tu melancolía en la ventana
y no sepas que fue de aquel amor
de aquella tarde oscura y de mi gabardina.

Ahora que te perdiste
y no he vuelto a encontrarte,
que no canto a la rosa de los vientos,
que mi silencio apenas te reclama.

Ahora que me hundo en la selva gris
que aprisiona tu orgullo,
tu sangre y tu bandera,
y quisiera pedirte tu nombre y tu sonrisa
¡Oh, princesa encantada!

Pasaron las estrellas por la vía florida
y tu voz se elevó
con su luz en el cielo que se apaga.
Pasaron otros hombres por mí, por mi pesar,
y por mis compañeros.

Pasaron otras fotos sin palabras,
murieron otras flores y recuerdos.
La soledad del río, de la taberna y el puente
se adueñó de tus noches, de tu altiva corona,
de tu melancolía.

Quizás no vuelva a verte
en la calle estrecha que me hable del abril
que me mataste,
quizás ya nunca ronde tu verja milenaria,
no vuelva a tu misterio,
no escuche tu oración,
ni su castigo roto, no busque tu mirada
y no vuelva a morir.

Enrique aunque lo hayas retocado no ha perdido su frescura, tu hablas de Princesa encantada, es el encanto de una mujer en tu vida que ha dejado en tí la posiblilidad de recrearla en el recuerdo.
Me encantó leerte en mi mañana fría. Gracias por compartir.-Abrazos.-

[J. J. Martínez Ferreiro]

Hermoso, muy hermoso, amigo Enrique, con un ritmo que te lleva como en tobogán.

"Pasaron las estrellas por la vía florida
y tu voz se elevó
con su luz en el cielo que se apaga.
Pasaron otros hombres por mí, por mi pesar,
y por mis compañeros.

Pasaron otras fotos sin palabras,
murieron otras flores y recuerdos.
La soledad del río, de la taberna y el puente
se adueñó de tus noches, de tu altiva corona,
de tu melancolía."

Todo el poema merece destacarse, pero destaco estás dos estrofas, un poco al azar.

Todo un placer de lectura.

Abrazos.

[F. Enrique]

[quote="Mirta Elena Tessio

Enrique aunque lo hayas retocado no ha perdido su frescura, tu hablas de Princesa encantada, es el encanto de una mujer en tu vida que ha dejado en tí la posiblilidad de recrearla en el recuerdo.
Me encantó leerte en mi mañana fría. Gracias por compartir.-Abrazos.


Quizás no sea un buen poema y solo se salve la primera estrofa y la soledad del río. Pero me hace pensar que 40 años son nada, que sigo en el mismo sitio aunque mi cabello haya encanecido, que no podré salir de la encrucijada que me tejió el destino. Pero te agradezco mucho tus palabras.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Hermoso, muy hermoso, amigo Enrique, con un ritmo que te lleva como en tobogán.

"Pasaron las estrellas por la vía florida
y tu voz se elevó
con su luz en el cielo que se apaga.
Pasaron otros hombres por mí, por mi pesar,
y por mis compañeros.

Pasaron otras fotos sin palabras,
murieron otras flores y recuerdos.
La soledad del río, de la taberna y el puente
se adueñó de tus noches, de tu altiva corona,
de tu melancolía."

Todo el poema merece destacarse, pero destaco estás dos estrofas, un poco al azar.

Todo un placer de lectura.

Abrazos.

Apenas puedo escribir cuando ella está cerca, Ferreiro. Pero yo no sé cómo sacar un billete para la isla de Ryde.

Lamento que tengas que acostumbrarte a la pena más profunda.

Un fuerte abrazo.

[F. Enrique]

Un poema que rememora una despedida como si fuera eterna. En el recuerdo sigue latiendo esa mujer princesa de cuento.

Tu estilo es siempre perfecto. Describes las pérdidas de maravilla, Enrique.

La cadencia de tus versos siempre tiene un ritmo espectacular.

Enhorabuena
Un beso grande
Ana

Gracias, Ana, a veces, cuando te invade un pesimismo realista, piensas que, quizás, sea mejor no encontrar el amor, ese morir constante por unos ojos. Es el sentimiento trágico del amor que me ha dado la tierra.

Un abrazo.