
Un poema que se pierde
deja un sentimiento de vacío,
una inmensa tristeza.
Es una parte de ti que no encuentras.
Es una mujer que enamorados,
cortejamos y besamos, la vivimos
tan muy dentro de nosotros.
Que se fue,
y hoy, no recordamos aquellos
ojos, ni sus labios, ni aquel cuerpo
tan bello en su desnudez.
A veces, sí, un poco… solo en sueños.
un poema perdido
es una inmensa melancolía.
Una declaración de amor,
que por timidez nunca se escribió.
El poema que se pierde
no se repite jamás,
olvidamos sus palabras,
su exacto sentir, su taquicardia.
Se pierde de la memoria,
como las palabras de amor antiguas.
Intentar rehacerlo
es intentar el olvido
en otros labios y placeres,
en otro papel y en otra tinta.
Por más que queramos, no volverán sus besos.