Daniel Borrell escribió:Versos de corte surrealista con profundas metáforas sobre la vida y existencia, un poema muy bien logrado y bello, saludos Daniel
Muy agradecido, Daniel, por tus gentiles palabras.
Un abrazo.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Daniel Borrell escribió:Versos de corte surrealista con profundas metáforas sobre la vida y existencia, un poema muy bien logrado y bello, saludos Daniel
A. Satír escribió:Un poema bohemio, que camina entre las sombras, el cosmos y las dudas. El misterio de lo eterno tiene un reloj, el tuyo, vas nombrando las situaciones, como si después de una noche de juerga, volvieras cuestionando, reflexionando sobre la vida camino a tu hogar. Me gustó mucho la metáfora del mar, como con un toque tan mínimo "una lengua de mar" logra rozar lo imperecedero.Ramón Castro Méndez escribió:
Sabes que ya no amanece
en Bourbon Street,
sobre su asfalto
la luna derrama jazz y neón.
A quemarropa, los astros
giran alrededor de ases de picas
haciendo del cosmos mera superstición.
Calle abajo, una lengua de mar
persigue la eternidad.
Los barcos vuelven su proa
hacia el ocaso y un horizonte
se alza de las entrañas vivas del recuerdo.
Los perros ya no ladran
a las estatuas, varadas como mástiles
entre árboles que sueñan con pájaros de niebla.
Inviernos sin nombre volverán
a aplastar su rostro contra las ventanas.
Sabes que la muerte desempeña
bien su mal pagado oficio
y que entre las páginas más gastadas
se ocultan algunos versos no nacidos.
Muy bueno!
Re dejo un saludo.
Satír.
¡¡¡Lo encontré!!!Ramón Castro Méndez escribió: ↑Mar, 17 Jul 2018 16:51
Sabes que ya no amanece
en Bourbon Street,
sobre su asfalto
la luna derrama jazz y neón.
A quemarropa, los astros
giran alrededor de ases de picas
haciendo del cosmos mera superstición.
Calle abajo, una lengua de mar
persigue la eternidad.
Los barcos vuelven su proa
hacia el ocaso y un horizonte
se alza de las entrañas vivas del recuerdo.
Los perros ya no ladran
a las estatuas, varadas como mástiles
entre árboles que sueñan con pájaros de niebla.
Inviernos sin nombre volverán
a aplastar su rostro contra las ventanas.
Sabes que la muerte desempeña
bien su mal pagado oficio
y que entre las páginas más gastadas
se ocultan algunos versos no nacidos.
Dicen que la poesía no tiene fecha de caducidad y te me fuieste al 2018.Ramón Castro Méndez escribió: ↑Mar, 17 Jul 2018 16:51
Sabes que ya no amanece
en Bourbon Street,
sobre su asfalto
la luna derrama jazz y neón.
A quemarropa, los astros
giran alrededor de ases de picas
haciendo del cosmos mera superstición.
Calle abajo, una lengua de mar
persigue la eternidad.
Los barcos vuelven su proa
hacia el ocaso y un horizonte
se alza de las entrañas vivas del recuerdo.
Los perros ya no ladran
a las estatuas, varadas como mástiles
entre árboles que sueñan con pájaros de niebla.
Inviernos sin nombre volverán
a aplastar su rostro contra las ventanas.
Sabes que la muerte desempeña
bien su mal pagado oficio
y que entre las páginas más gastadas
se ocultan algunos versos no nacidos.
Un poema esplendoroso. Tienes gracia y brillantez, Ramón Castro Méndez. Abrazos!Ramón Castro Méndez escribió: ↑Mar, 17 Jul 2018 16:51
Sabes que ya no amanece
en Bourbon Street,
sobre su asfalto
la luna derrama jazz y neón.
A quemarropa, los astros
giran alrededor de ases de picas
haciendo del cosmos mera superstición.
Calle abajo, una lengua de mar
persigue la eternidad.
Los barcos vuelven su proa
hacia el ocaso y un horizonte
se alza de las entrañas vivas del recuerdo.
Los perros ya no ladran
a las estatuas, varadas como mástiles
entre árboles que sueñan con pájaros de niebla.
Inviernos sin nombre volverán
a aplastar su rostro contra las ventanas.
Sabes que la muerte desempeña
bien su mal pagado oficio
y que entre las páginas más gastadas
se ocultan algunos versos no nacidos.
Marisa Peral escribió: ↑Jue, 28 Abr 2022 17:29 Me alegro, seguro que lo has mejorado con los cambios.
Un abrazo.
Mirta Elena Tessio escribió: ↑Jue, 28 Abr 2022 19:01Dicen que la poesía no tiene fecha de caducidad y te me fuieste al 2018.Ramón Castro Méndez escribió: ↑Mar, 17 Jul 2018 16:51
Sabes que ya no amanece
en Bourbon Street,
sobre su asfalto
la luna derrama jazz y neón.
A quemarropa, los astros
giran alrededor de ases de picas
haciendo del cosmos mera superstición.
Calle abajo, una lengua de mar
persigue la eternidad.
Los barcos vuelven su proa
hacia el ocaso y un horizonte
se alza de las entrañas vivas del recuerdo.
Los perros ya no ladran
a las estatuas, varadas como mástiles
entre árboles que sueñan con pájaros de niebla.
Inviernos sin nombre volverán
a aplastar su rostro contra las ventanas.
Sabes que la muerte desempeña
bien su mal pagado oficio
y que entre las páginas más gastadas
se ocultan algunos versos no nacidos.
Me gusta como escribes y separé los que mas me han gustado
Los perros ya no ladran
a las estatuas, varadas como mástiles
entre árboles que sueñan con pájaros de niebla.
Inviernos sin nombre volverán
Belleza en palabras.
Abrazos Ramón Castro Méndez.
E. R. Aristy escribió: ↑Jue, 28 Abr 2022 21:33Un poema esplendoroso. Tienes gracia y brillantez, Ramón Castro Méndez. Abrazos!Ramón Castro Méndez escribió: ↑Mar, 17 Jul 2018 16:51
Sabes que ya no amanece
en Bourbon Street,
sobre su asfalto
la luna derrama jazz y neón.
A quemarropa, los astros
giran alrededor de ases de picas
haciendo del cosmos mera superstición.
Calle abajo, una lengua de mar
persigue la eternidad.
Los barcos vuelven su proa
hacia el ocaso y un horizonte
se alza de las entrañas vivas del recuerdo.
Los perros ya no ladran
a las estatuas, varadas como mástiles
entre árboles que sueñan con pájaros de niebla.
Inviernos sin nombre volverán
a aplastar su rostro contra las ventanas.
Sabes que la muerte desempeña
bien su mal pagado oficio
y que entre las páginas más gastadas
se ocultan algunos versos no nacidos.
Ana Muela Sopeña escribió: ↑Jue, 28 Abr 2022 22:19 Has creado un escenario muy interesante, Ramón:
Tu lenguaje es exquisito. Muy bien trabajado.
Felicitaciones
Un beso grande
Ana
Sube para deleite de todos.Ramón Castro Méndez escribió: ↑Mar, 17 Jul 2018 16:51
Sabes que ya no amanece
en Bourbon Street,
sobre su asfalto
la luna derrama jazz y neón.
A quemarropa, los astros
giran alrededor de ases de picas
haciendo del cosmos mera superstición.
Calle abajo, una lengua de mar
persigue la eternidad.
Los barcos vuelven su proa
hacia el ocaso y un horizonte
se alza de las entrañas vivas del recuerdo.
Los perros ya no ladran
a las estatuas, varadas como mástiles
entre árboles que sueñan con pájaros de niebla.
Inviernos sin nombre volverán
a aplastar su rostro contra las ventanas.
Sabes que la muerte desempeña
bien su mal pagado oficio
y que entre las páginas más gastadas
se ocultan algunos versos no nacidos.