Tú me haces algo

[enrique sanmol]

You Do Something To Me – Paul Weller, version de Bryde

Aquella visión no es hoy más que un sueño,
una sombra herrumbrosa que intentas olvidar.
Su movimiento concretaba el paso
de un tiempo detenido,
lo que entonces nos parecía
la definición del amor.
Balneario de Las Arenas
a comienzos de los ochenta.
Y tal vez fueras tú, ilusión o verdad,
aquella imagen vaporosa
entre sombras y reflejos
en el lado opuesto de la piscina.
Y más tarde en aquella calle
junto a los Salesianos,
despidiéndote de él:
la mirada de asombro
de aquel espectador involuntario.

Esos lugares, aquellos iconos
—imágenes que marcan a golpe de derrota—
ya no conservan la deriva de nuestros pasos,
la luz de su inalterable final.
Y puede que sea mejor así,
mejor para alguien que, sin remisión
e irremediablemente,
como un pobre lunático,
dedica su tiempo a observar
las simetrías de las construcciones
y cuenta, cada vez más rápida
y obsesivamente, el número de radios
de las llantas de cada coche.

Te veía y quería huir, ser otro,
ser aquel extraño con quien estabas,
escapar de nuestro miedo al presente,
huir para intentar no recordarte.

[Marisa Peral]

Me llevo el cero de este poema que no merece caer en las profundidades sin respuestas.
Me gusta esa nostalgia de algo que no llegó a ser y sin embargo persiste en el recuerdo.

Felicidades, Enrique.

Un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

.

Me ha encantado lo que se intuye y lo que dice en este poema, Enrique.
Las referencias y el sujeto poemático me llegan muchísimo.

Gracias por estar; un abrazo.

[Ricardo López Castro]

Me llama la atención el cierre del poema.
Pero más aún el hecho de que, la voz poética se lamente por algo no factible, y convertido en recuerdo, o en algo más.
Supongo que siempre, incluso de forma circunspecta, buscamos algo a lo que agarrarnos.
Es difícil vivir sin tener nadie a quién amar.

[F. Enrique]

Esos lugares, aquellos iconos
—imágenes que marcan a golpe de derrota—
ya no conservan la deriva de nuestros pasos,
la luz de su inalterable final.
Y puede que sea mejor así,
mejor para alguien que, sin remisión
e irremediablemente,
como un pobre lunático,
dedica su tiempo a observar
las simetrías de las construcciones
y cuenta, cada vez más rápida
y obsesivamente, el número de radios
de las llantas de cada coche.

Impresionante.

[Ana Estepa]

En ocasiones, el miedo paraliza y no nos deja ser.
Y sólo hay interrogantes e hipótesis.

Me gustó leerte.

[Mirta Elena Tessio]

You Do Something To Me – Paul Weller, version de Bryde

Aquella visión no es hoy más que un sueño,
una sombra herrumbrosa que intentas olvidar.
Su movimiento concretaba el paso
de un tiempo detenido,
lo que entonces nos parecía
la definición del amor.
Balneario de Las Arenas
a comienzos de los ochenta.
Y tal vez fueras tú, ilusión o verdad,
aquella imagen vaporosa
entre sombras y reflejos
en el lado opuesto de la piscina.
Y más tarde en aquella calle
junto a los Salesianos,
despidiéndote de él:
la mirada de asombro
de aquel espectador involuntario.

Esos lugares, aquellos iconos
—imágenes que marcan a golpe de derrota—
ya no conservan la deriva de nuestros pasos,
la luz de su inalterable final.
Y puede que sea mejor así,
mejor para alguien que, sin remisión
e irremediablemente,
como un pobre lunático,
dedica su tiempo a observar
las simetrías de las construcciones
y cuenta, cada vez más rápida
y obsesivamente, el número de radios
de las llantas de cada coche.

Te veía y quería huir, ser otro,
ser aquel extraño con quien estabas,
escapar de nuestro miedo al presente,
huir para intentar no recordarte.

Hay veces que es mejor dejar pasar el tiempo y ovidar.
Es real si no podemos porque ya no hay amor es asi la vida, se pierde o se gana.
Me ha gustado leer tu poema, abrazos y a seguir la vida continúa.

[Pablo Sales]

Me ha encantado ese poema tuyo que me gustaría haber escrito. También mucha juventud mía se quedó en aquella piscina y también, dulces años inocentes, esperé durante horas en otra calle de Valencia la encarnación de mis sueños. Muchas gracias.

[enrique sanmol]

Me llevo el cero de este poema que no merece caer en las profundidades sin respuestas.
Me gusta esa nostalgia de algo que no llegó a ser y sin embargo persiste en el recuerdo.

Felicidades, Enrique.

Un abrazo.

Muchas gracias, Marisa, por gustar de esta nostalgia que, en ocasiones, nos trae nuestro cerebro, sin que sepamos muy bien porqué.

Un cordial saludo.

[enrique sanmol]

.

Me ha encantado lo que se intuye y lo que dice ene este poema, Enrique.
Las referencias y el sujeto poemático me llegan muchísimo.

Gracias por estar; un abrazo.

Gracias Hallie por mostrar tu sensibilidad hacia estas letras.

Un cordial saludo.

[enrique sanmol]

Me llama la atención el cierre del poema.
Pero más aún el hecho de que, la voz poética se lamente por algo no factible, y convertido en recuerdo, o en algo más.
Supongo que siempre, incluso de forma circunspecta, buscamos algo a lo que agarrarnos.
Es difícil vivir sin tener nadie a quién amar.

No sé qué decirte, Ricardo, el final es una conclusión introspectiva de lo que las imágenes del pasado supusieron y aún suponen en el sujeto protagonista... seguramente ese final será muy mejorable, pero es lo que me pidió el momento.

Gracias por el comentario. Un cordial saludo.

[Alejandro Costa]

Sin duda es un buen poema, pero los versos finales me han cautivado.

Me ha gustado.

Abrazos.

[enrique sanmol]

Esos lugares, aquellos iconos
—imágenes que marcan a golpe de derrota—
ya no conservan la deriva de nuestros pasos,
la luz de su inalterable final.
Y puede que sea mejor así,
mejor para alguien que, sin remisión
e irremediablemente,
como un pobre lunático,
dedica su tiempo a observar
las simetrías de las construcciones
y cuenta, cada vez más rápida
y obsesivamente, el número de radios
de las llantas de cada coche.

Impresionante.

Muchas gracias, F. Enrique.

Un fuerte abrazo.

[Pilar Morte]

Muy bien descrito este amor que a lo lejos inflama y hace vivir. El final lo borraste.
Abrazos

[enrique sanmol]

En ocasiones, el miedo paraliza y no nos deja ser.
Y sólo hay interrogantes e hipótesis.

Me gustó leerte.

Muchas gracias, Ana, por gustar de estas letras.

Un abrazo.