La luz de la tristeza

[Pablo Sales]

Veo al mundo suceder bajo el sol rendido
de los noviembres, cuando las ultimas rosas
agonizan y los árboles deshojados se visten de frío,
entre lágrimas sinceras o besos desleales.

Siempre hay una despedida
sin billete de vuelta o un teatro
cerrado por derribo, tras la Suite
en Re de Juan Sebastián.

El amanecer tiñe con colores de derrota
las sábanas que cambiaron perfume
por ausencia, y el espejo devuelve
el cansancio de la carne entre reflejos
de sueños destruidos.

Quedan pocas batallas que emprender
y ninguna gloria que ganar
una vez rendidas las armas y el orgullo.
Esta claridad vacía los paisajes y silencia
el adiós del agua que no ha de volver.
Mas un alma puede latir aun sin horizonte;
siempre hay alguna esperanza que apurar
bajo la tenue luz de la tristeza.

[Pilar Morte]

Arriba con este hermoso poema que merece lecturas y comentarios. Un placer leerte.
Abrazos

[Pablo Sales]

Gracias Pilar. Tu comentario siempre es amable y por eso siempre es esperado.

[F. Enrique]

Soberbio poema, Julio, que nos arrebata con su delicada y profunda tristeza.

Un abrazo.

[Pablo Sales]

Creo que te refieres a mi poema y la página te ha jugado una mala pasada Enrique. Gracias de cualquier manera por tu comentario.

[Ana Muela Sopeña]

Genial poema, Pablo:

Me gusta todo en él. El lenguaje, el ritmo, el tono emocional.

Y el cierre me ha parecido espectacular.

Disfruto mucho de tu poesía...

Gracias

Felicitaciones
Un beso grande
Ana

[Mirta Elena Tessio]

Veo al mundo suceder bajo el sol rendido
de los noviembres, cuando las ultimas rosas
agonizan y los árboles deshojados se visten de frío,
entre lágrimas sinceras o besos desleales.

Siempre hay una despedida
sin billete de vuelta o un teatro
cerrado por derribo, tras la Suite
en Re de Juan Sebastián.

El amanecer tiñe con colores de derrota
las sábanas que cambiaron perfume
por ausencia, y el espejo devuelve
el cansancio de la carne entre reflejos
de sueños destruidos.

Quedan pocas batallas que emprender
y ninguna gloria que ganar
una vez rendidas las armas y el orgullo.
Esta claridad vacía los paisajes y silencia
el adiós del agua que no ha de volver.
Mas un alma puede latir aun sin horizonte;
siempre hay alguna esperanza que apurar
bajo la tenue luz de la tristeza.

Bello poema que leo con placer, ya que siento gran tristeza, sé que no es buena compañera.
Pero así es la vida, hoy he comprendido que es un estado de conciencia y ya pasará.
Gracias Pablo por compartir tus sentimientos.-

[Pablo Sales]

Muchas gracias Ana. Celebro que mi trabajo te resulte grato.

[Pablo Sales]

Gracias MIrta. La tristeza no es buena compañera, pero a veces nos purifica la memoria. Creo que es cuestión de aceptarla y hacer de ella un aliado al que poder recurrir cuando lo necesitemos y no cuando aparezca sin pedir permiso o de una manera extemporánea.