Juguetes

[Ana Muela Sopeña]

Agradezco, José Manuel, tus palabras.

Un fuerte abrazo
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Me alegra, Carmen, que te hayan gustado estos versos.

Un fuerte abrazo
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Muchas gracias, Ramón, por las palabras efusivas que me brindas.

Un abrazo
Ana

[Lunamar Solano]

Bello y profundo recorrido... como un haz de luz que traspasa las fronteras del tiempo querida amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[Ana Muela Sopeña]

Muchas gracias, Ramón. Me alegra que te haya gustado.

Un beso
Ana

[Rafel Calle]

Hermoso y evocador poema de Ana Muela Sopeña.

[E. R. Aristy]

La niña juega al diábolo en su mundo
y espera con la luz la puntería
para coger sin trabas en la cuerda
el pequeño artilugio de la luna.

Un niño lanza el trompo sin temor,
lo baila en las aceras y en las sillas.
El tiempo pasa rápido
sobre los jeroglíficos del orbe.

Una muchacha enciende el universo
al mecer a su osito de peluche
con sus manos de lluvia,
soñando que las horas son de arena.

Un muchacho seduce por las noches
a la historia robada sin aristas,
jugando con su play.
Los héroes y villanos se transforman
en personajes de sus sueños.

Veo a un niño extasiado por el sol.
Se mueve suavemente
sobre su caballito balancín.
Sangra el espacio blanco, no hay fisuras.
La chispa de la infancia es sólo un trasgo
que vive entre la niebla y se divierte.

Una niña sonríe al sostener
a su muñeca Nancy.
Le cambia los vestidos y zapatos.
Imagina que crece
y disfruta disfrazándose.

Los años han pasado,
pero sigue vigente la emoción
de todos los juguetes del desván
que animaron alguna vez la imagen
de un tiempo consagrado a la niñez.

La edad de lo absoluto
integra al rorro eterno
en la respiración del infinito.


Ana Muela Sopeña

Ana, es una visión mayor en la que el juego conjuga un set de emociones con su propio holístico ser y entonces jugar es tan importante como respirar. Es una manera maravillosa de conectar. Québella es tu mente! Un abrazo grande. ERA

[xaime oroza carballo]

La niña juega al diábolo en su mundo
y espera con la luz la puntería
para coger sin trabas en la cuerda
el pequeño artilugio de la luna.

Un niño lanza el trompo sin temor,
lo baila en las aceras y en las sillas.
El tiempo pasa rápido
sobre los jeroglíficos del orbe.

Una muchacha enciende el universo
al mecer a su osito de peluche
con sus manos de lluvia,
soñando que las horas son de arena.

Un muchacho seduce por las noches
a la historia robada sin aristas,
jugando con su play.
Los héroes y villanos se transforman
en personajes de sus sueños.

Veo a un niño extasiado por el sol.
Se mueve suavemente
sobre su caballito balancín.
Sangra el espacio blanco, no hay fisuras.
La chispa de la infancia es sólo un trasgo
que vive entre la niebla y se divierte.

Una niña sonríe al sostener
a su muñeca Nancy.
Le cambia los vestidos y zapatos.
Imagina que crece
y disfruta disfrazándose.

Los años han pasado,
pero sigue vigente la emoción
de todos los juguetes del desván
que animaron alguna vez la imagen
de un tiempo consagrado a la niñez.

La edad de lo absoluto
integra al rorro eterno
en la respiración del infinito.


Ana Muela Sopeña

Entrañablemente vívida la semblanza de la infancia. A mis nietas les encanta subir al desván, a menudo nos damos una vuelta por allá arriba en el avión de papel respirando, sin querer, el infinito.
Gracias, Ana.
Un abrazo.

[Víctor F. Mallada]

Gracias, Ana, por abrirnos ese baúl de tus versos y hacer que siga "vigente la emoción de todos los juguetes del desván que animaron alguna vez la imagen de un tiempo consagrado a la niñez", hoy revivido.

Víctor

[J. J. Martínez Ferreiro]

"Una muchacha enciende el universo
al mecer a su osito de peluche
con sus manos de lluvia,
soñando que las horas son de arena"



Un poema precioso y entrañable, amiga Ana.

Un bico grande.

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Nancy, por brindarme tus palabras.

Un fuerte abrazo
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Agradezco tu paso por estos versos, Rafel:

Un beso
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Roxane, por venir a mi espacio y regalarme tu comentario.

Un beso enorme
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Qué bonito, Xaime, subir al desván y encontrar los juguetes antiguos siempre puede ser una aventura.

Un beso
Ana

[F. Enrique]

Una muchacha enciende el universo
al mecer a su osito de peluche
con sus manos de lluvia,
soñando que las horas son de arena.

Escribes muy bien, Ana, quizás esa niñez nunca existió, vivimos en una isla que se resiste a abrigarnos si insistimos en llevar pantalones largos.