Gracias Rafael, celebro que hayas disfrutado la lectura de este poema.Rafael Valdemar escribió:Emotivo y evocador poema el que nos dejas Marisa. Me gustó y disfruté leyendo
saludos
rafael
Saludos.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Gracias Rafael, celebro que hayas disfrutado la lectura de este poema.Rafael Valdemar escribió:Emotivo y evocador poema el que nos dejas Marisa. Me gustó y disfruté leyendo
saludos
rafael
Gracias Ventura, qué grata es tu visita y qué generoso tu comentario.Ventura Morón escribió:Me encanta la sonoridad y la calma que desprende el poema. Un trabajo precioso.
Beso grande querida Marisa
Miguel Ángel Martínez Góm escribió:Un poema precioso, amiga Marisa.
Te atrapa la belleza de sus versos.
Mi enhorbuena.
Un abrazo.
Marisa Peral escribió:El anciano
Repongo este poema.
Las arrugas de su rostro plagaban de sonrisas
el rumor del agua que descendía de la montaña.
Allí, sin inviernos, se detenía el tiempo.
No había más voces que las poesías
y allí regresaba una y otra vez
a terminar su haiku
El anciano sabía
que al transcribir el último candji
de la última frase,
escribiría también el fin de su vida
y sus ojos descansaron
en el campo de las rosas de azafrán.
Sal de la sombra,
pierdo tu rastro entre las madreselvas
y tu recuerdo es demasiado bueno
para negárselo a nuestros ojos,
ávidos de néctares de malvasía.
Mirando al norte,
tus ojos almendrados
hallarán calor, decías…
Los papiros rosáceos
traducen los murmullos
de las campánulas
y sigo tus pasos,
pero he de volver
con las gaviotas.
Te beso, sur
en tu corazón
florecen los cerezos.
©MAR – 22-02-2019
Marisa Peral escribió:El anciano
Las arrugas de su rostro plagaban de sonrisas
el rumor del agua que descendía de la montaña.
Allí, sin inviernos, se detenía el tiempo.
No había más voces que las poesías
y allí regresaba una y otra vez
a terminar su haiku
El anciano sabía
que al transcribir el último candji
de la última frase,
escribiría también el fin de su vida
y sus ojos descansaron
en el campo de las rosas de azafrán.
Sal de la sombra,
pierdo tu rastro entre las madreselvas
y tu recuerdo es demasiado bueno
para negárselo a nuestros ojos,
ávidos de néctares de malvasía.
Mirando al norte,
tus ojos almendrados
hallarán calor, decías…
Los papiros rosáceos
traducen los murmullos
de las campánulas
y sigo tus pasos,
pero he de volver
con las gaviotas.
Te beso, sur
en tu corazón
florecen los cerezos.
©MAR – 22-02-2019
Gracias, Ricardo Linares, por dejarme este comentario tan bonito y por los dos poemas -hokku y haiku-Ricardo Linares escribió:
Dos grandes poemas con aroma japonés nos compartes Marisa. Me encantan los poemas japoneses y al leer tu obra me ha venido a la mente el Haibun, que termina con un hokku o haiku, con tu permiso te expongo para el primer poema un hokku y para el segundo un haiku.
Mis felicitaciones por tu maestría.
Un saludo con mi respeto.
Ya sin inviernos
el anciano descansa
entre azafrán.
En su partida
florecen las campánulas.
Vuelan gaviotas.