Salsas del mundo II (serie Ar-Mirlos)

[Ramón Castro Méndez]

Excelentes "armirlos", querido amigo. Veo que sigues enchufado, lo que me supone puro placer.

Un abrazo elevado al cubo... de Llanes.

[Hallie Hernández Alfaro]

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Ternura y miga por doquier. Ingenio tuyo que comienza con la elección de las entradillas (acertadas al máximo) y luego no para hasta llegar al último verso.
Me ha conmovido profundamente.

Ovación sostenida para estos mirlos.
Abrazo y felicidad, amigo.

[Marisa Peral]

Siempre hay innovación y originalidad en tus poemas y estos Ar-mirlos no podían ser menos.
Felicidades y un abrazo.

[Ana García]

El sexto sentido es el menos común de los sentidos, jajaja. Paradoja de una pobre araña. Me ha encantado esa parte.
De la araña todo es aprovechable en estos mirlos, bien alimentadas con moscas verdes o negras como ladrillos, que tú tienes una buena labia para ello.
Las vendas, ¿son saladas?
Me encantan tus mirlos de doble filo. Los veo y subo la apuesta.
Besazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Una virguería del tal "Ar-Mirlo ibn Abd al-Malik el Brotón", poeta de la parte de Arabia que queda al norte de Costa Rica, llamada "Al-Castrada do Carallo", poblada en el siglo XIII por habitantes de Orihuela. Esta tierra solo se hace visible 1 sola vez cada siglo, al mismo tiempo que “Castroforte de Baralla”, pueblo mágico de la irrepetible "Terra Galega" descubierto en una lúcida "cocida" por el gran novelista Torrente Ballester. En "Al-Castrada” nace un poeta cada vez que el pueblo aparece levitando sobre las aguas del Caribe, y desde muy niños son alimentados a base de olivas, arañas, percebes y orujo gallego, de ahí el lirismo de subidón que muestra en cada uno de sus versos el tal llamado "Ar-Mirlo". Por cierto, solo se ha hallado la obra de este poeta, de los veintitantos que se piensa existieron.

Un placer de sibaritas degustar estos manjares.

Abrazos y salud.

[E. R. Aristy]

"El mundo, ahí fuera, está lleno de olivas y fresas"
Ana García

"He viajado por todas y cada una de las carreteras.
Pero más, mucho más que esto
lo hice a mi manera"
Paul Anka

Cuando arribo en casa, tras un viaje,
mis arañas aguardan, fieles,
que les trasfiera lo vivido. Galante, saludo primero:

—Hola Antonia, no pierdes tiempo. Estás más gorda y con filiación morbosa.
—¿Cómo te sientes Luci? ¿Mejoró tu sexto sentido?

Mara es díscola siempre,
esconde su argéntea cosmología
tras los recibos de luz;
me roba, del ansia, los versos
que siempre quise escribir.

De mis largos vagabundeos, traigo algún presente:
un tarrito calado de ron, que escondo en la chaqueta
para que no lo requise inmigración ilegal;
alberga moscas exóticas,
aun hablando lenguas de paloma,
poco les importa para su deglución envolvente,
delite de jugos tropicales,
asertos de sobrevivencia que las emborrachan y enervan.

Utilizo sus telas para fabricar brebajes y cataplasmas
—me enseñó una chamán de Ecuador—, curan mis heridas.

Más peculios albergan las del Oro.
Cuando tienen suficiente descendencia,
hago de ellas una salsa, mortero en soles, con olivas y fresa;
y la pongo sobre una miscelánea de pensamientos.
Es una especie de guacamol, sí, pero a mi manera.

Ar-Mirlo ibn Abd al-Malik el Brotón

Bravo, Armilo, tu talento es indiscutible, poeta! Estos mirlos son de marca, como bien dices; Ar-Mirlo.

[Ricardo López Castro]

La base de todo, a tu manera, eso permite que vueles sobre el papel.
Mi más sincera enhorabuena, amigo Armilo.
Abrazos y felicidad.

[Víctor F. Mallada]

Preciosas perlas armilladas. Da gusto leer cosas así. Gracias por compartirlo.

Víctor

[Rafel Calle]

Bellos e ingeniosos armirlos, amigo Armilo.
Felicidades.
Abrazos.