toda despacio,
toda delgada,
como un vientre recién engendrado
y
tan tierna,
como el principio del Año Viejo.
Infinitamente hermosa,
avanza su abundancia hasta el desgajo
y ser
la madurez abierta de la granada.

(El espejo habla, es tonto pero habla, y ya otoño rayajea los alrededores de los ojos, de la boca, de la frente, de pronto he pensado que el amanecer puede ser el paso de la vida, hasta ser redonda y olorosa la plenitud, como una granada. Hoy hace frío en Alicante)