Reinos

[Ignacio Mincholed]

...

Estuve dormido
en el mineral destino de las cosas.
Sin sueños, solo dormido, a solas.

Paralizado
por los temores incalculables,
los que nacen de la materia
indefinidos, plásticos, al calor
del núcleo.

Así me mantuve en estados alternos, letargo y vigilia,
voluntad y apatía, extremo, intranquilo por las horas
entre el ocaso y la nueva madrugada; inflamada, fija
la mirada en la niebla sin percibir elementos, formas
vagas en la cuadrícula imaginaria sin letra ni número.

Desperté,
en algún momento inadvertido,
del vegetal origen. Brotó el animal deseo por la vida.

...

[Ana García]

Me ha gustado ese vaivén de los estados, reinos de un solo ciudadano. Sobrevivir a las horas y despertar por culpa del deseo inadvertido.
Buen poema.
Te felicito, Ignacio.
Un saludo.

[Rafel Calle]

Arriba con este bello e interesante trabajo, amigo Ignacio.
Felicidades.
Abrazos.

[J. J. Martínez Ferreiro]

"Así me mantuve en estados alternos, letargo y vigilia,
voluntad y apatía, extremo, intranquilo por las horas
entre el ocaso y la nueva madrugada; inflamada, fija
la mirada en la niebla sin percibir elementos, formas
vagas en la cuadrícula imaginaria sin letra ni número"

Así me mantengo yo, entre niebla y luz, pereza de sentir y, pocas veces, febril actividad, y ahí es cuando surge el movimiento del animal, el instinto del cazador.

Siempre disfrutando de tus más que interesantes propuestas poéticas.

Un fuerte abrazo, Ignacio.

[E. R. Aristy]

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Estuve dormido
en el mineral destino de las cosas.
Sin sueños, solo dormido, a solas.

Paralizado
por los temores incalculables,
los que nacen de la materia
indefinidos, plásticos, al calor
del núcleo.

Así me mantuve en estados alternos, letargo y vigilia,
voluntad y apatía, extremo, intranquilo por las horas
entre el ocaso y la nueva madrugada; inflamada, fija
la mirada en la niebla sin percibir elementos, formas
vagas en la cuadrícula imaginaria sin letra ni número.

Desperté,
en algún momento inadvertido,
del vegetal origen. Brotó el animal deseo por la vida.

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Desde su publicación quise comentar este poema de fusión y de infusión, Mincholed. Muy bueno. Salud y poesía. ERA

[Pilar Morte]

Buen poema de luces y sombras. Te comprendo y me identifico. Felicidades. Me gustó mucho.
Abrazos

[Antonia Mauro]

Letargo, vigilia, necesario para superar ciertos trances de la vida.

A veces he pensado incluso en la congelación.
Lo he cambiado por irme de terrazas con Charo
que en Orense y a las 9 de la noche viene siendo lo mismo.
Se te queda la cara sin expresión, como a la Carmen Franco antes de fallecer, de los estiramientos.

Dormido, durmiendo, como estar en la cloud todo el tiempo (estoy yendo a clases de inglés, bien me se nota).

Y de pronto un buen día, uno despierta, con las manos y los pies adormecidos,
unos cuantos botes y miras la luz por la ventana y se te pasa.

Por, un buen día, canción de Los Planetas.
Un placer leerle.
Un señor abrazo, señor.

[Ramón Castro Méndez]

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Estuve dormido
en el mineral destino de las cosas.
Sin sueños, solo dormido, a solas.

Paralizado
por los temores incalculables,
los que nacen de la materia
indefinidos, plásticos, al calor
del núcleo.

Así me mantuve en estados alternos, letargo y vigilia,
voluntad y apatía, extremo, intranquilo por las horas
entre el ocaso y la nueva madrugada; inflamada, fija
la mirada en la niebla sin percibir elementos, formas
vagas en la cuadrícula imaginaria sin letra ni número.

Desperté,
en algún momento inadvertido,
del vegetal origen. Brotó el animal deseo por la vida.

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Aplausos para este poema de zozobras, de sombras y, al final, luces. La vida parece una cuestión de estados de ánimo. Todo un placer de lectura, Ignacio.
Mi felicitación.

Un fuerte abrazo.

[Ricardo López Castro]

Un lujo poder leer y degustar este potente poema.
Realidad durmiente, fábrica de ojos.
Gracias por compartir su esplendor.
Abrazos y felicidad, amigo Ignacio.