
La fluidez de tus labios
cuando hablan de resabios.
II
El amor que profeso
me lleva hasta el origen, retroceso.
III
Un genio que desea
no salir de la lámpara.
IV
Confusión entre el humo,
llega el fuego invisible.
V
Cree en el amor, solo
porque supera su nivel de vida.
VI
Las ilusiones hablan, y se entienden,
no le ponen ningún sentido a la vida.
VII
El aliento se mide por milímetros,
los que ahora separan nuestras bocas.
VIII
Cuéntame una mentira,
dime que no me mientes,
que no distingues el amor de dejarse querer.
IX
Por qué cambiar o maquillar el verso,
no trato de esconderte
en sus partes más íntimas.
X
Mi deseo se apaga fácilmente,
me dedico tan solo a la poesía,
esa ciencia inexacta
que no le cuento a nadie,
y que me la he tomado siempre al pie de la letra.
XI
Vivo a veces aislado de todo lo que puedo.
Mis medios son lo mismo que mis miedos.
XII
La ansiedad contribuye
a estar en el ahora al doscientos por ciento.
XIII
Hoy lo que no se sabe,
es lo único que inventa el ser humano.
XIV
Probemos el amor que no pude intimar.
Siempre fui más de luces que de sombras.
XV
No vivo en otro plano,
a veces necesito una respuesta
verosímil que diga que éste es el más liviano.
XVI
Profundizo hasta el punto
de no retorno. Al menos eso piensan
los que saben que es otra ilusión.
XVII
Con dios ya toqué fondo.
Sé lo que me interesa,
pero nunca ningún experimento.
XVIII
Todo lo que he leído
me sensibilizó,
solo queda volver y hacerlo real.
XIX
Cuando mis letras fuerzan,
salgo siempre a presión,
siento que puedo hablar de todo,
asumiendo que solo son elucubraciones.
XX
Te dedico mi mente,
y mi alma cuando, fresca, se me cae a los pies.