Rafel Calle escribió: ↑Vie, 04 Jun 2021 19:55
Título: Así
Autor: Javier Bustamante.
Poema que canta al amor, en versos tridecasílabos simples, monorrítmicos y rimados en consonante.
Como el café se ofrece y mezcla con el agua,
como el pan nace desde el trigo de la siega,
como el metal se entrega al fuego de la fragua
así me entrego yo, mi amor, así es mi entrega.
Como el nogal, que su raíz clava en la tierra,
como el sendero es fiel al borde del camino,
como la tarde que a la luz del sol se aferra,
así me aferro yo, mi amor, a tu destino.
Como ama el mar el blanco beso de la espuma,
como ama todo corazón la luna llena,
como ama el verso nuevo el roce de la pluma,
así te quiero yo, mi amor, en forma plena.
Como es eterna la verdad de mi promesa
como es eterno nuestro Dios, ¡cómo fue escrito!
como es el tiempo libre, eterno en su certeza,
así es eterno nuestro amor, es infinito.
Javier Bustamante.
Mi pregunta es básicamente la siguiente: En un escrito con endecas, tenemos los versos clásicos cuyos acentos caen en 6a y 10a y los sáficos que las tienen en 4a, 8a y 10a.
Para un trideca, he escrito la mayoría de los versos con acentos en 4a, 8a y 12a que, de alguna manera coinciden con los clásicos de sus contrapartes endecasílabos, solo desplazados un par de sílabas.
Otros versos, siguen más bien otro rumbo y es el motivo de mi consulta:
¿Se pueden crear versos tridecasílabos "sáficos" con acentos en 6a, 10a y 12a manteniendo la eufonía del poema? A veces me suena bien, pero otras veces pienso que estoy siendo muy indulgente con mis versos.
Amigo Javier:
Después de pedirte permiso en privado, para hacer un comentario más extenso de tu poema en el foro general, porque me parece de interés para los poetas y un aporte a la poesía por la gran complejidad métrica que has logrado, paso a darte mis opiniones sobre tu “Así”.
Está claro que la métrica se te da bien, en especial el verso tridecasílabo, como prueba “Decir te amo”, soneto tridecasílabo, reconocido como Poema de la Semana, que ya va casi por las 30.000 lecturas y subiendo.
Como dije en cierta ocasión, el tridecasílabo es un verso poco utilizado, recuerdo algo de Gertrudis Gómez de Avellaneda y sé que en el Modernismo algunos lo trabajaron, pero quien me viene a la cabeza es Tomás de Iriarte que trabajó con el alejandrino a la francesa (verso de 13 sílabas) en su Fábula VII, La campana y el esquilón. Tal vez Tomás de Iriarte fuera el precursor del tridecasílabo.
En cuanto a tu pregunta, sí, se pueden escribir tridecasílabos acentuados no solo en las sílabas que nombras, sino en las sílabas que te dé la gana. Obviamente, si se trata de una combinación de versos monorrítmicos, damos por sentado que no optarás por una secuencia antirrítmica (dos tónicas juntas sistemáticamente), así que, salvo la inalterable acentuación en 12ª, todas las demás son opcionales, a gusto del poeta.
Por cierto, ¿tridecasílabo sáfico?, no sé qué decirte, Javier, pero podría ser; según Dorothy C. Clarke, quizá la mayor experta en el verso sáfico, este es un endecasílabo (propio, impropio, verdadero…), si bien, en algún tratado de métrica (The Princeton Encyclopedia of Poetry and Poetics…) se llama sáfico brachycatalecto al eneasílabo laverdaico, y, por su parte, Lope de Vega titula “sáficos adónicos” a cinco estrofas de tres dodecas y un hexasílabo cada una, con las que acaba el primer acto de su “Dorotea”. En fin, que los nombres en poesía son bastante, digamos, libres…
Volviendo a tu pregunta sobre acentuar en 6ª, 10ª y 12ª, pienso que si quieres buscar analogías con el endecasílabo, en vez de tridecasílabos sáficos, quizá sería mejor referirnos a tridecasílabos enfáticos, por la ausencia de sílabas tónicas hasta la sexta, lo cual originaría un ritmo muy trepidante, como ocurre en el endeca enfático (el lector capta una cierta anomalía en la tonicidad
—normalmente binaria—, por tanto, acelera buscando el apoyo tónico). De todas formas, tres acentos en un verso de trece sílabas, rítmicamente podría resultar un tanto pobre (desaprovecharíamos tres lugares para enriquecer el verso, 2ª, 4ª y 8ª, sin cambiar el ritmo, y dos —1ª, 3ª— cambiándolo).
En líneas generales, el tridecasílabo recibe distintas denominaciones según el lugar que ocupen los acentos y de si se trata de una estructura simple o compuesta. Te comento las más comunes, si bien, en el Manual de Alaire voy a reformular varias de ellas, por ejemplo, la del tridecasílabo ternario que convertiré en verso compuesto.
Tridecasílabo anapéstico: verso simple acentuado en 3ª, 6ª, 9ª y 12ª. Puede estar formado por 4 cláusulas rítmicas anapésticas y la sílaba átona del final del verso. También puede formarse mediante un periodo de 4 silabas más otro de 9 y a la inversa.
Tridecasílabo yámbico: verso simple analizable mediante cláusulas rítmicas de 2 sílabas con la segunda tónica.
Tridecasílabo ternario; verso simple que se forma con 3 cláusulas tetrasílabas, acentuadas en la última sílaba, más la sílaba átona del final del verso.
Tridecasílabos compuestos: 6+7 sílabas y al revés, compuestos de un hemistiquio hexasílabo más otro heptasílabo o a la inversa.
Hablemos de tu poema “Así”.
A mi juicio merece estar junto a tus mejores obras. Consigues un poema de calidad, con la dificultad añadida de ser verso largo simple, monométrico, monorrítmico y rimado en consonante, es decir, si hablamos de lograr una cierta creatividad literaria, la forma más complicada de la escritura toda.
En cuanto a la estructura versal, se trata de un verso simple, pero de una gran complejidad.
Acentúas en las sílabas pares, los tres primeros versos de cada estrofa en 4ª, 6ª, 8ª y 12ª y el último verso de cada estrofa acentuado en todas las sílabas pares, es decir, terminas los cuartetos con un yámbico puro.
Veamos la primera estrofa:
Como el café se ofrece y mezcla con el agua,
como el pan nace desde el trigo de la siega,
como el metal se entrega al fuego de la fragua
así me entrego yo, mi amor, así es mi entrega.
Podría inducir a creer que estamos ante una estrofa de versos alejandrinos, o sea, versos compuestos de 2 isostiquios de 7 sílabas, ya que el 1º, 3º y 4º cumplen perfectamente con los preceptos del alejandrino; sin embargo, el segundo verso puede dar una pista de que no es lo que parece, porque el primer isostiquio acaba en preposición con lo que no permite la pausa intermedia, salvo que le apliquemos un elemento que se llama sirrema y con el que un servidor está en total desacuerdo.
Y, bueno, a ver si mañana puedo seguir con tu poema, estos días ando un poco liadillo, pero, sí, volveré porque Así me parece un trabajo muy reseñable. Dado que tu poema puede servir de modelo a la hora de trabajar el verso de trece sílabas, pienso que merece la pena abundar en detalles técnicos.
Ha sido un placer, compañero. Felicidades.
Abrazos.