Otro necio poema de (des)amor

[Ramón Castro Méndez]

A un paso del vuelo de tu falda
como una ráfaga de viento no esperada.
Donde una herida quema como el invierno
y hace temblar tu nombre entre mis labios,
busco redención evocando aquel beso,
asonante entorchado en el vértice indeleble del deseo,
que dio voz al misterio que abre abismos a mi paso
mientras entierra la acre semilla del olvido.
Y pienso en ti, aún con el canto del sol
en la garganta y el sereno filo del arpegio,
para descubrir que mis sueños han envejecido
desvaneciéndose en la lenta gestación de su agonía.
Era tu mirada entonces ardor y ámbar,
manantial de despiertas corrientes
a los ojos de aquellos que te amamos.
No cabe en mí sino la luz cansada de las sombras,
donde el tiempo es la noche muriendo entre mis manos.
Orilla del mar se vuelve mi verso,
amante fulgor de enredaderas, axioma de música impaciente
que se yergue perezoso.

[Hallie Hernández Alfaro]

Fino y sobresaliente el camino de este poema, querido amigo.
No envejece jamás el sentimiento pero sí protege su vulnerable desnudez.

Me ha gustado mucho leerte; abrazo y felicitaciones sinceras.

[xaime oroza carballo]

A un paso del vuelo de tu falda
como una ráfaga de viento no esperada.
Donde una herida quema como el invierno
y hace temblar tu nombre entre mis labios,
busco redención evocando aquel beso,
asonante entorchado en el vértice indeleble del deseo,
que dio voz al misterio que abre abismos a mi paso
mientras entierra la acre semilla del olvido.
Y pienso en ti, aún con el canto del sol
en la garganta y el sereno filo del arpegio,
para descubrir que mis sueños han envejecido
desvaneciéndose en la lenta gestación de su agonía.
Era tu mirada entonces ardor y ámbar,
manantial de despiertas corrientes
a los ojos de aquellos que te amamos.
No cabe en mí sino la luz cansada de las sombras,
donde el tiempo es la noche muriendo entre mis manos.
Orilla del mar se vuelve mi verso,
amante fulgor de enredaderas, axioma de música impaciente
que se yergue perezoso.

Hermoso tu canto. Bella la cadencia rítmica. Un deleite su lectura.
Abrazos.

[Alejandro Costa]

"No cabe en mí sino la luz cansada de las sombras,
donde el tiempo es la noche muriendo entre mis manos."

El poema es una genialidad y como tal me ha encantado.

Las metáforas inteligentes y puestas en su sitio.

Pero estos versos, compañero, lo dicen todo, le dan un salto hacia la perfección, son gigantes, son hermosos.

Un abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Fino y sobresaliente el camino de este poema, querido amigo.
No envejece jamás el sentimiento pero sí protege su vulnerable desnudez.

Me ha gustado mucho leerte; abrazo y felicitaciones sinceras.

Muchas gracias, querida Hallie, por tu paso y apreciado comentario.

Un afectuoso abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

“No cabe en mí sino la luz cansada de las sombras,
donde el tiempo es la noche muriendo entre mis manos.
Orilla del mar se vuelve mi verso,
amante fulgor de enredaderas, axioma de música impaciente
que se yergue perezoso”

Una delicia, amigo Ramón!! Tu poema derama sensualidad por todas las junturas de los versos.

Eso… me deleito leyéndolo. Que más pedir a la poesía.

Abrazos y salud.

[Ramón Castro Méndez]

A un paso del vuelo de tu falda
como una ráfaga de viento no esperada.
Donde una herida quema como el invierno
y hace temblar tu nombre entre mis labios,
busco redención evocando aquel beso,
asonante entorchado en el vértice indeleble del deseo,
que dio voz al misterio que abre abismos a mi paso
mientras entierra la acre semilla del olvido.
Y pienso en ti, aún con el canto del sol
en la garganta y el sereno filo del arpegio,
para descubrir que mis sueños han envejecido
desvaneciéndose en la lenta gestación de su agonía.
Era tu mirada entonces ardor y ámbar,
manantial de despiertas corrientes
a los ojos de aquellos que te amamos.
No cabe en mí sino la luz cansada de las sombras,
donde el tiempo es la noche muriendo entre mis manos.
Orilla del mar se vuelve mi verso,
amante fulgor de enredaderas, axioma de música impaciente
que se yergue perezoso.

Hermoso tu canto. Bella la cadencia rítmica. Un deleite su lectura.
Abrazos.

Muchas gracias, amigo Xaime, celebro que estas letras hayan sido de tu agrado.

Unha forte aperta.

[Ramón Castro Méndez]

"No cabe en mí sino la luz cansada de las sombras,
donde el tiempo es la noche muriendo entre mis manos."

El poema es una genialidad y como tal me ha encantado.

Las metáforas inteligentes y puestas en su sitio.

Pero estos versos, compañero, lo dicen todo, le dan un salto hacia la perfección, son gigantes, son hermosos.

Un abrazo.

Muy agradecido, Alejandro, por dejarme tu atento comentario.
Celebro que estas letras hayan sido de tu agrado.

Un fuerte abrazo.

[Armilo Brotón]

Amor y desamor, querido amigo, a veces son parte de la misma moneda, más cuando se trata de relaciones de pareja, no filiales que es otra cosa, donde la chispa salta y se produce la ignición de la carne. Después puede llegar el recuerdo y la nostalgia como bien plasmas.

Es un poema trufado de buenas comparaciones. Muy bellas imágenes como "la luz cansada de las sombras", metáforas como "el tiempo es la noche muriendo entre mis manos". También destaco el buen ritmo de la obra.

Lleno de lirismo y buen hacer lo considero un poema grande y emocionante.

Un abrazo y salud

[Ramón Castro Méndez]

“No cabe en mí sino la luz cansada de las sombras,
donde el tiempo es la noche muriendo entre mis manos.
Orilla del mar se vuelve mi verso,
amante fulgor de enredaderas, axioma de música impaciente
que se yergue perezoso”

Una delicia, amigo Ramón!! Tu poema derama sensualidad por todas las junturas de los versos.

Eso… me deleito leyéndolo. Que más pedir a la poesía.

Abrazos y salud.

Muchas gracias, amigo Ferreiro, por tus apreciaciones. Celebro que estas letras hayan sido de tu agrado.

Un fuerte abrazo y mucha salud.

[Ramón Carballal]

Unos versos muy hermosos que evocan con nostalgia recuerdos de un amor pasado. Me gustó el poema y lo disfruté. Un abrazo, Ramón.

[E. R. Aristy]

A un paso del vuelo de tu falda
como una ráfaga de viento no esperada.
Donde una herida quema como el invierno
y hace temblar tu nombre entre mis labios,
busco redención evocando aquel beso,
asonante entorchado en el vértice indeleble del deseo,
que dio voz al misterio que abre abismos a mi paso
mientras entierra la acre semilla del olvido.
Y pienso en ti, aún con el canto del sol
en la garganta y el sereno filo del arpegio,
para descubrir que mis sueños han envejecido
desvaneciéndose en la lenta gestación de su agonía.
Era tu mirada entonces ardor y ámbar,
manantial de despiertas corrientes
a los ojos de aquellos que te amamos.
No cabe en mí sino la luz cansada de las sombras,
donde el tiempo es la noche muriendo entre mis manos.
Orilla del mar se vuelve mi verso,
amante fulgor de enredaderas, axioma de música impaciente
que se yergue perezoso.

Un lenguaje exquisito, Ramón Castro Méndez. Elocuente, bella inspiración. Abrazos, ERA

[Rafel Calle]

Hermoso e interesante trabajo, amigo Ramón.
Felicidades.
Abrazos.

[Ramón Castro Méndez]

Amor y desamor, querido amigo, a veces son parte de la misma moneda, más cuando se trata de relaciones de pareja, no filiales que es otra cosa, donde la chispa salta y se produce la ignición de la carne. Después puede llegar el recuerdo y la nostalgia como bien plasmas.

Es un poema trufado de buenas comparaciones. Muy bellas imágenes como "la luz cansada de las sombras", metáforas como "el tiempo es la noche muriendo entre mis manos". También destaco el buen ritmo de la obra.

Lleno de lirismo y buen hacer lo considero un poema grande y emocionante.

Un abrazo y salud

Muchas gracias, querido amigo Armilo, por tu sempiterno apoyo a mis letras. Me alegra que sean de tu agrado.

Un fuerte abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Amor y desamor, querido amigo, a veces son parte de la misma moneda, más cuando se trata de relaciones de pareja, no filiales que es otra cosa, donde la chispa salta y se produce la ignición de la carne. Después puede llegar el recuerdo y la nostalgia como bien plasmas.

Es un poema trufado de buenas comparaciones. Muy bellas imágenes como "la luz cansada de las sombras", metáforas como "el tiempo es la noche muriendo entre mis manos". También destaco el buen ritmo de la obra.

Lleno de lirismo y buen hacer lo considero un poema grande y emocionante.

Un abrazo y salud

Muchas gracias, mi querido amigo Armilo, por tu sempiterno apoyo a mis letras. Me alegra que hayan sido de tu agrado.

Un fuerte y enorme abrazo.