No te quedes ahí desconcertada,
yo sé que estoy aún a medio hacer;
y tengo ya acabada
la parte más oscura y plomiza de mí mismo,
faltándole la luz y el brillo a mi cara;
ven y acábame tú con tu sonrisa,
con el fino pincel de tu mirada.
No te consideres intrusa
sino una parte importante de la obra
que está por acabar,
y que vista a la distancia a que la miras
aparece vacía y a medio terminar.
No te quedes ahí desconcertada,
ven y acábame tú con tu sonrisa
o préndeme ya fuego con tus besos.