- como sombra de lo incierto –
el babero negro y ralo,
collar o duelo
despuntando el largo cuello del cisne,
me deslizo yegua desinhibida,
sin riendas ,
ronzal ni albardas
al sabor-color naranja de tu pico,
mar de anchuras y planicies,
y a horcajadas,
amazona sin cerrojos en las manos,
ni en la boca,
ni en el surco que comienza señalando los otoños,
aguardaré
– Libertad –
tu venida.
Cinco en punto ,
no lo olvides: veinticuatro y en la roca,
en la espesura del cisne mientras Itaca despierta.
(Siempre Libertad, como un canto a la esperanza mientras mi mar presume de sus espumas)