La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Le gustaba esconder bolitas de alcanfor
entre las sábanas.
Era pequeña, como yo cuando era pequeña.
Los niños que no tienen padres nunca crecen.
Llegué a pensar que nació de la tierra,
como las manzanas. O de un espantapájaros,
cuando las figuritas de origami adornaban su cabeza.
Pudo ser una raíz de la higuera o del cerezo.
Un girasol o un perro.
Los días de sol, distinguía mi sombra entre los árboles:
las agujas bordaron sus ojos una noche,
cuando los niños no comen.
Creía en Dios. En la Iglesia su voz, sobresalía por encima
de todas: abuela, más bajo. Deslizaba las cuentas
suavemente, pero ningún trece de diciembre
devolvió vida a sus ojos.
Mi abuela era tierra. Y una manzana.
Molinillos de viento y caramelos. Adoraba mi sombra,
me lo dijo una vez, en el camino de la higuera al cerezo.
Me gustaba mi abuela vestida de espantapájaros.
Mi abuela olía a cerrado. Y a girasoles.
Antonia Mauro
Hermoso, destila sentimiento y belleza hasta la proximidad. Un placer de lectura.
Unha aperta e grazas por compartir.
Felicidades, Antonia. Escribir con espontaneidad no está reñido con una intensa poética, como bien lo demuestras.
Sin caer en ñoñerías manifiestas una ternura muy fresca y desenfadada, con buen conocimiento y actitud vital, a la que contribuye con acierto la estructura que has dado al poema, un buen poema.
Un poema de una sensibilidad extraordinaria. Me ha gustado esconderme entre sus verdades, como cuando era pequeño. Muchos abrazos y felicitaciones, querida amiga.
Le gustaba esconder bolitas de alcanfor
entre las sábanas.
Era pequeña, como yo cuando era pequeña.
Los niños que no tienen padres nunca crecen.
Llegué a pensar que nació de la tierra,
como las manzanas. O de un espantapájaros,
cuando las figuritas de origami adornaban su cabeza.
Pudo ser una raíz de la higuera o del cerezo.
Un girasol o un perro.
Los días de sol, distinguía mi sombra entre los árboles:
las agujas bordaron sus ojos una noche,
cuando los niños no comen.
Creía en Dios. En la Iglesia su voz, sobresalía por encima
de todas: abuela, más bajo. Deslizaba las cuentas
suavemente, pero ningún trece de diciembre
devolvió vida a sus ojos.
Mi abuela era tierra. Y una manzana.
Molinillos de viento y caramelos. Adoraba mi sombra,
me lo dijo una vez, en el camino de la higuera al cerezo.
Me gustaba mi abuela vestida de espantapájaros.
Mi abuela olía a cerrado. Y a girasoles.
Antonia Mauro
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Muy bello trabajo, entrañable hasta la médula, amiga Antonia, que me apresuro a colocar junto a lo mejor de tu obra.
Me alegro mucho de que hayas escrito un poema tan feliz, lo tiene todo, desde una versificación sin mácula hasta ciertos detalles muy interesantes como los encabalgamientos; la propia construcción versal es muy buena, con un aprovechamiento inmaculado de los espacios del verso y de sus periodos rítmico-sintácticos.
A todo esto, logras momentos altamente evocadores y no pocos aciertos literarios.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por esta obra, sin duda, un buen poema.
Abrazos.
Muchas gracias Rafel.
Me alegra que te haya gustado.
Entrañable tenía que ser por obligación. La Lola era absolutamente increíble.
Una mujer alegre, con los ojos tristes.
Gracias de nuevo.
Abrazos.
Para mi epitafio: Antes hablaba más.
Antonia Mauro.
Le gustaba esconder bolitas de alcanfor
entre las sábanas.
Era pequeña, como yo cuando era pequeña.
Los niños que no tienen padres nunca crecen.
Llegué a pensar que nació de la tierra,
como las manzanas. O de un espantapájaros,
cuando las figuritas de origami adornaban su cabeza.
Pudo ser una raíz de la higuera o del cerezo.
Un girasol o un perro.
Los días de sol, distinguía mi sombra entre los árboles:
las agujas bordaron sus ojos una noche,
cuando los niños no comen.
Creía en Dios. En la Iglesia su voz, sobresalía por encima
de todas: abuela, más bajo. Deslizaba las cuentas
suavemente, pero ningún trece de diciembre
devolvió vida a sus ojos.
Mi abuela era tierra. Y una manzana.
Molinillos de viento y caramelos. Adoraba mi sombra,
me lo dijo una vez, en el camino de la higuera al cerezo.
Me gustaba mi abuela vestida de espantapájaros.
Mi abuela olía a cerrado. Y a girasoles.
Antonia Mauro
Me echo a llorar ante esta gran belleza, Antonia, te felicito! Abrazos, ERA
Muchas gracias Era.
Me alegra que te haya gustado y emocionado.
Pues si hay que llorar se llora. Llamamos a mi amiga Suelen que tiene un remedio fantástico y es muy simpática. Aunque a veces ponme dos nervos.
A mi abuela también le gustaría el remedio de Suelen.
Saludos.
Para mi epitafio: Antes hablaba más.
Antonia Mauro.
Arianna rasse escribió:Bello, nostálgico, como sentarse a mirar fotos color sepia y capturar esos instantes, esos amores inolvidables como el que nutren a una nieta con su abuela.
Muchas gracias Arianna.
Celebro que te gustase.
Saludos.
Para mi epitafio: Antes hablaba más.
Antonia Mauro.
Ramón Castro Méndez escribió: ↑Dom, 18 Abr 2021 16:43
Antonia, ya había leído tu poema, creo que ayer, pero como entré con prisas no te dejé ningún comentario. Ayer me había encantado tu poema, pero hoy, incluso, me gusta más. Alabo tu gran sensibilidad y me gusta ese estilo que tienes tan directo. A veces, o siempre, lo mejor, o lo bueno, es al pan, pan y al vino, vino. Voy a ser reiterativo, me ha encantado tu propuesta.
Mi aplauso y felicitación, lo he disfrutado.
Un abrazo.
Muchas gracias Ramón. Me alegra mucho que te haya gustado.
Al pan pan. El pan es sagrado. Y el vino.
Saludos.
Para mi epitafio: Antes hablaba más.
Antonia Mauro.
Pilar Morte escribió: ↑Dom, 18 Abr 2021 19:41
Me ha encantado y me dió envidia de la relación tan entrañable que muestras con tu abuela, pues yo no tuve la suerte de conocer abuelas.
Felicidades, es un poema que no te cansas de leer.
Abrazos.
Muchas gracias Pilar.
Me alegra que te haya gustado.
Mi abuela materna estaba muy presente en mi vida. Todavía sigue estando después de haberse ido, hace 25 años, algo más.
Iba a buscarla a su casa para comer, le llevábamos la cena. Teníamos que acompañarla a cualquier sitio. Los últimos años vivía con mi madre.
Saludos.
Para mi epitafio: Antes hablaba más.
Antonia Mauro.
Le gustaba esconder bolitas de alcanfor
entre las sábanas.
Era pequeña, como yo cuando era pequeña.
Los niños que no tienen padres nunca crecen.
Llegué a pensar que nació de la tierra,
como las manzanas. O de un espantapájaros,
cuando las figuritas de origami adornaban su cabeza.
Pudo ser una raíz de la higuera o del cerezo.
Un girasol o un perro.
Los días de sol, distinguía mi sombra entre los árboles:
las agujas bordaron sus ojos una noche,
cuando los niños no comen.
Creía en Dios. En la Iglesia su voz, sobresalía por encima
de todas: abuela, más bajo. Deslizaba las cuentas
suavemente, pero ningún trece de diciembre
devolvió vida a sus ojos.
Mi abuela era tierra. Y una manzana.
Molinillos de viento y caramelos. Adoraba mi sombra,
me lo dijo una vez, en el camino de la higuera al cerezo.
Me gustaba mi abuela vestida de espantapájaros.
Mi abuela olía a cerrado. Y a girasoles.
Antonia Mauro
Hermoso, destila sentimiento y belleza hasta la proximidad. Un placer de lectura.
Unha aperta e grazas por compartir.
Hola Xaime, muchas gracias.
Me alegra que te haya gustado.
Saludos.
Para mi epitafio: Antes hablaba más.
Antonia Mauro.
Entrañable, estimada Antonia.
Bellísima y sentida, enternecedora dedicatoria, homenaje a los sentimientos.
Eso me inspira tu poesía.
Gracias miles por compartirla.
Abrazos y felicidad, estimada.
Ignacio Mincholed escribió: ↑Lun, 19 Abr 2021 18:30
Felicidades, Antonia. Escribir con espontaneidad no está reñido con una intensa poética, como bien lo demuestras.
Sin caer en ñoñerías manifiestas una ternura muy fresca y desenfadada, con buen conocimiento y actitud vital, a la que contribuye con acierto la estructura que has dado al poema, un buen poema.
Un abrazo.
Ignacio
Pues muchas gracias, una que es intensa en esto del sentir. Bien mese nota.
Vital. No hay otra opción, vida siempre.
Me alegro mucho de que te haya gustado.
Gracias. Un abrazo.
Para mi epitafio: Antes hablaba más.
Antonia Mauro.