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[John Garlic]

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[Pilar Morte]

Sí, a pesar de todo es necesario. Me gustó el poema, has descrito con acierto el dolor y la oscuridad. Felicidades.
Abrazos
PIlar

[Carmen López]

Realemente bellísimo este poema, escrito en medio del dolor y la clarividencia, por eso escribes John...y sí, es necesario el mundo.
Un placer de lectura, siempre disfruto mucho de tus creaciones, realmente admirables.

Un abrazo

Carmen

[Pablo Ibáñez]

John,

me ha gustado mucho. Me gusta el lenguaje escogido y contundente que has empleado, la sintaxis variada para mantener la tensión a lo largo de toda la entrega, las bellas y originales metáforas, el orden estrófico, la pasión empleada en las proposiciones.

Me ha gustado.
Abrazos.

[E. R. Aristy]

Hablo de cosas que existen;
pero después de tanta saliva derramada
con sabor a sangre, la palabra teje sombras
entre el silencio de los muros
y, dotada de apatía, fluye
como semilla sin venas, como tumba olvidada.

Así, cuando hablo de cosas que existen
nadie ve, porque sus ojos
son rosas perforadas
enraizando en cuencas de yeso,
cómo el asfalto está plagado
de corazones cautivos entre vidrios rotos
mientras la azarosa noche,
martirio de la luz, entra como un vértigo
gestando emboscadas por la ciudad desprevenida.

¡No hubiera un huracán o un rayo
para extirparle al cielo
su metal implacable rezumando óxidos
o una daga que truncara el vasallaje de la palabra
a la herrumbre del silencio,
óbice de su tránsito entre los labios!

¿Y las lágrimas? Como golpes insaciables
o arsenal de gritos, harían falta a multitudes
para no claudicar; y la luz de los prismas
y el agua, como la sangre, a borbotones
para llenar de aire las manos,
las lenguas y todos los nombres que amo
y ponerle fin, porque el mundo es necesario,
a la mordedura de la noche,
a su materia insomne, a su aliento hostil.

Somos en la actualidad 7,884,616,790 realidades y contando en cada milésima de segundo. "La herrumbre del silencio", "la mordedrur de la noche"... tu poema me conmueve por su entendimiento sobre la realidad inmovible y la realidad en estado de cambio. Tu poesí es vital, John Garlic. Un abrazo grande, ERA