No seas indiferente:
¡siente!
Mira, escucha, huele, toca,
y saborea la vida.
No seas como esa roca
que tiene el alma dormida.
Sólo ten este programa:
¡ama!
Amanece con el sol
y da tu calor al mundo,
y que este sea el control
con que dirijas tu rumbo.
Y si tu voz no se escucha,
¡lucha!
Que nunca calle tu boca
si ha de decir un te quiero,
pues nada la magia evoca
como el amor verdadero.
Y haz que el mundo no se enfríe,
¡ríe!
Que la llama más sagrada
la origina una sonrisa,
y es el alma apasionada
quien enseña esta premisa.
Ríe, lucha, ama y siente,
la vida es una alianza:
si siembras esta simiente
cosecharás la esperanza.