Atardece en tus ojos

[Óscar Bartolomé Poy]

A Sara A., con amor

Atardece en tus ojos
y despierto resacoso sobre el ajimez de tus pupilas,
recostado en el borde palpebral del sueño
–fin de mi universo conocido–,
con la piel cuarteada por la ventisca del desierto
y un vértigo innombrable a lo desconocido.

La sombra de tus pestañas
no evita que me abrase el calor de tu mirada
cuando el Sol ya se bate en retirada.

Quiero ser lágrima
para descender en canoa por tus mejillas
y dar a morir en tus labios,
como agua tibia.

Ese pensamiento alivia mi sed temporalmente,
sólo por un instante,
lo que dura el espejismo de abrevarte.

Con la boca seca y astringente,
me fundo con tu lagrimal
y llora la estatua de hielo en el desierto
haciendo de las dunas una ola de (a)mar.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

[Bibiana de Febrero]

Me gustó mucho este "espejismo" de abrevar el atardecer de unos ojos, Óscar. La imagen de la estatua de hielo en el desierto, llorando, me pareció fantástica.
Un beso!

[Antonio Justel]

A Sara A., con amor

Atardece en tus ojos
y despierto resacoso sobre el ajimez de tus pupilas,
recostado en el borde palpebral del sueño
–fin de mi universo conocido–,
con la piel cuarteada por la ventisca del desierto
y un vértigo innombrable a lo desconocido.

La sombra de tus pestañas
no evita que me abrase el calor de tu mirada
cuando el Sol ya se bate en retirada.

Quiero ser lágrima
para descender en canoa por tus mejillas
y dar a morir en tus labios,
como agua tibia.

Ese pensamiento alivia mi sed temporalmente,
sólo por un instante,
lo que dura el espejismo de abrevarte.

Con la boca seca y astringente,
me fundo con tu lagrimal
y llora la estatua de hielo en el desierto
haciendo de las dunas una ola de (a)mar.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

... bello y romántico, sí señor, Óscar; vale, vale...; un saludo; Orión

[Tristitia Marisol]

A Sara A., con amor

Atardece en tus ojos
y despierto resacoso sobre el ajimez de tus pupilas,
recostado en el borde palpebral del sueño
–fin de mi universo conocido–,
con la piel cuarteada por la ventisca del desierto
y un vértigo innombrable a lo desconocido.

La sombra de tus pestañas
no evita que me abrase el calor de tu mirada
cuando el Sol ya se bate en retirada.

Quiero ser lágrima
para descender en canoa por tus mejillas
y dar a morir en tus labios,
como agua tibia.

Ese pensamiento alivia mi sed temporalmente,
sólo por un instante,
lo que dura el espejismo de abrevarte.

Con la boca seca y astringente,
me fundo con tu lagrimal
y llora la estatua de hielo en el desierto
haciendo de las dunas una ola de (a)mar.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

Vaya, creo que lo he subrayado todo.
Cada vez que te leo, me doy cuenta que el amor parece crecer en cada poema.
La imágen inicial es soberbia, es un desligue total del mundo real hacia tu mundo, todos los versos que la acompañan hasta el final no me dejan regresar a la realidad.
Has expuesto muchas ideas, todas llevan al mismo final: un amor muy ilusionado.
El calambur del cierre me llama la atención, es un final suave y refulgente.

Mil besos Tristónicos, mi apreciado amigo.

[Pilar Morte]

Sara estará encantada. Me gustó el poema
Un abrazo
Pilar

[Óscar Bartolomé Poy]

Me gustó mucho este "espejismo" de abrevar el atardecer de unos ojos, Óscar. La imagen de la estatua de hielo en el desierto, llorando, me pareció fantástica.
Un beso!

Gracias por decirme lo que más te ha gustado de mi poema. Esa estatua de hielo guarda un profundo significado para mí, y para quien la inspiró.

Un beso, amiga Bibiana.

[Óscar Bartolomé Poy]

A Sara A., con amor

Atardece en tus ojos
y despierto resacoso sobre el ajimez de tus pupilas,
recostado en el borde palpebral del sueño
–fin de mi universo conocido–,
con la piel cuarteada por la ventisca del desierto
y un vértigo innombrable a lo desconocido.

La sombra de tus pestañas
no evita que me abrase el calor de tu mirada
cuando el Sol ya se bate en retirada.

Quiero ser lágrima
para descender en canoa por tus mejillas
y dar a morir en tus labios,
como agua tibia.

Ese pensamiento alivia mi sed temporalmente,
sólo por un instante,
lo que dura el espejismo de abrevarte.

Con la boca seca y astringente,
me fundo con tu lagrimal
y llora la estatua de hielo en el desierto
haciendo de las dunas una ola de (a)mar.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

... bello y romántico, sí señor, Óscar; vale, vale...; un saludo; Orión

Gracias por tu comentario, Antonio. Me alegro de que te haya parecido bello.

Saludos.

[Calixta Ferrer]

A Sara A., con amor

Atardece en tus ojos
y despierto resacoso sobre el ajimez de tus pupilas,
recostado en el borde palpebral del sueño
–fin de mi universo conocido–,
con la piel cuarteada por la ventisca del desierto
y un vértigo innombrable a lo desconocido.

La sombra de tus pestañas
no evita que me abrase el calor de tu mirada
cuando el Sol ya se bate en retirada.

Quiero ser lágrima
para descender en canoa por tus mejillas
y dar a morir en tus labios,
como agua tibia.

Ese pensamiento alivia mi sed temporalmente,
sólo por un instante,
lo que dura el espejismo de abrevarte.

Con la boca seca y astringente,
me fundo con tu lagrimal
y llora la estatua de hielo en el desierto
haciendo de las dunas una ola de (a)mar.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

Me ha gustado mucho tu poesía, con todos los respetos he destacado los versos que más me han atrapado. Un placer leerte y encontrar recursos e imágenes tan interesantes. Saludos.

[Óscar Bartolomé Poy]

A Sara A., con amor

Atardece en tus ojos
y despierto resacoso sobre el ajimez de tus pupilas,
recostado en el borde palpebral del sueño
–fin de mi universo conocido–,
con la piel cuarteada por la ventisca del desierto
y un vértigo innombrable a lo desconocido.

La sombra de tus pestañas
no evita que me abrase el calor de tu mirada
cuando el Sol ya se bate en retirada.

Quiero ser lágrima
para descender en canoa por tus mejillas
y dar a morir en tus labios,
como agua tibia.

Ese pensamiento alivia mi sed temporalmente,
sólo por un instante,
lo que dura el espejismo de abrevarte.

Con la boca seca y astringente,
me fundo con tu lagrimal
y llora la estatua de hielo en el desierto
haciendo de las dunas una ola de (a)mar.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

Vaya, creo que lo he subrayado todo.
Cada vez que te leo, me doy cuenta que el amor parece crecer en cada poema.
La imágen inicial es soberbia, es un desligue total del mundo real hacia tu mundo, todos los versos que la acompañan hasta el final no me dejan regresar a la realidad.
Has expuesto muchas ideas, todas llevan al mismo final: un amor muy ilusionado.
El calambur del cierre me llama la atención, es un final suave y refulgente.

Mil besos Tristónicos, mi apreciado amigo.

Ahora entiendo por qué te ha llamado la atención ese calambur (aunque, a decir verdad, en mi caso es más una suma de letras que me permiten hacer los paréntesis, y que abundan en mis poemas). Se nota que te ha gustado mi obra, habida cuenta de todos los versos que has subrayado. Los versos iniciales se mueven entre el sueño y la realidad, como en un despertar somnoliento, con la vuelta a la consciencia. El resto es la travesía de una lágrima por la cara del ser amado.

Besos faetíticos, mi querida amiga Marisol.

[Sara Álvarez]

A Sara A., con amor

Atardece en tus ojos
y despierto resacoso sobre el ajimez de tus pupilas,
recostado en el borde palpebral del sueño
–fin de mi universo conocido–,
con la piel cuarteada por la ventisca del desierto
y un vértigo innombrable a lo desconocido.

La sombra de tus pestañas
no evita que me abrase el calor de tu mirada
cuando el Sol ya se bate en retirada.

Quiero ser lágrima
para descender en canoa por tus mejillas
y dar a morir en tus labios,
como agua tibia.

Ese pensamiento alivia mi sed temporalmente,
sólo por un instante,
lo que dura el espejismo de abrevarte.

Con la boca seca y astringente,
me fundo con tu lagrimal
y llora la estatua de hielo en el desierto
haciendo de las dunas una ola de (a)mar.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

Abrevo de tu boca fértil

que como el mar brama-arrastre de fondo-

y me convoca avivando el cansancio de mis ojos

para que deje de mirar a través de la tristeza.



Aquí, en un costado está tu mano,

pendiente de agitar mis alas de libélula,

sólo tu aliento, matriz del único fresco en mi frente.



Ahí, donde la impaciencia de mis muslos

se hace remolino, estás, lo sabes,

y asciendes- corsario a mi rosario-

para que nunca sea tarde para amarte.


Con todo mi amor para ti, Óscar.
Gracias por estar y ser en mi vida, siempre Mía, tuya.

Besos, todos, Sara.

[Óscar Bartolomé Poy]

Sara estará encantada. Me gustó el poema
Un abrazo
Pilar

Sara me dice que está requeteencantada. Me alegro de que te haya gustado el poema.

Saludos, Pilar.

[Óscar Bartolomé Poy]

A Sara A., con amor

Atardece en tus ojos
y despierto resacoso sobre el ajimez de tus pupilas,
recostado en el borde palpebral del sueño
–fin de mi universo conocido–,
con la piel cuarteada por la ventisca del desierto
y un vértigo innombrable a lo desconocido.

La sombra de tus pestañas
no evita que me abrase el calor de tu mirada
cuando el Sol ya se bate en retirada.

Quiero ser lágrima
para descender en canoa por tus mejillas
y dar a morir en tus labios,
como agua tibia.

Ese pensamiento alivia mi sed temporalmente,
sólo por un instante,
lo que dura el espejismo de abrevarte.

Con la boca seca y astringente,
me fundo con tu lagrimal
y llora la estatua de hielo en el desierto
haciendo de las dunas una ola de (a)mar.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

Me ha gustado mucho tu poesía, con todos los respetos he destacado los versos que más me han atrapado. Un placer leerte y encontrar recursos e imágenes tan interesantes. Saludos.

Gracias por leer y comentar mi poema, Calixta. No tienes que disculparte por subrayar los versos que más te han gustado. Eso es algo que siempre agradezco, porque significa que te has tomado tu tiempo en leerlo y analizarlo.

Saludos.

[Óscar Bartolomé Poy]

A Sara A., con amor

Atardece en tus ojos
y despierto resacoso sobre el ajimez de tus pupilas,
recostado en el borde palpebral del sueño
–fin de mi universo conocido–,
con la piel cuarteada por la ventisca del desierto
y un vértigo innombrable a lo desconocido.

La sombra de tus pestañas
no evita que me abrase el calor de tu mirada
cuando el Sol ya se bate en retirada.

Quiero ser lágrima
para descender en canoa por tus mejillas
y dar a morir en tus labios,
como agua tibia.

Ese pensamiento alivia mi sed temporalmente,
sólo por un instante,
lo que dura el espejismo de abrevarte.

Con la boca seca y astringente,
me fundo con tu lagrimal
y llora la estatua de hielo en el desierto
haciendo de las dunas una ola de (a)mar.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

Abrevo de tu boca fértil

que como el mar brama-arrastre de fondo-

y me convoca avivando el cansancio de mis ojos

para que deje de mirar a través de la tristeza.



Aquí, en un costado está tu mano,

pendiente de agitar mis alas de libélula,

sólo tu aliento, matriz del único fresco en mi frente.



Ahí, donde la impaciencia de mis muslos

se hace remolino, estás, lo sabes,

y asciendes- corsario a mi rosario-

para que nunca sea tarde para amarte.


Con todo mi amor para ti, Óscar.
Gracias por estar y ser en mi vida, siempre Mía, tuya.

Besos, todos, Sara.

Tu poema-respuesta es el complemento ideal a mi poema, como tú lo eres para mí. Has engrandecido mi poesía con tus versos, que conjugan nuestros estilos en un estilo único, con lo mejor de ambos, pero sobre todo de ti, que eres más poeta. Sabes que sin ti no existirían éste ni otros muchos de mis poemas.

Te quiero Mía, mi Sara. Todos mis besos y mi amor para ti, por estar en mi ser y saber estar en mí.

[Ramón Carballal]

Excelente poema de amor. Espléndido de principio a fin. Es seguro que hay que estar muy enamorado para escribir poemas como éste. Un abrazo.

[Óscar Bartolomé Poy]

Excelente poema de amor. Espléndido de principio a fin. Es seguro que hay que estar muy enamorado para escribir poemas como éste. Un abrazo.

Sí, hay que estar muy enamorado, como lo estoy, y además tener una Musa que te inspire. Me alegro de que te haya gustado tanto.

Un abrazo, Ramón.