quién si no eres tú
(El Talmud).
Ella corre
entre paseantes jubilados y ciclistas,
hasta perderse más allá
de donde los arbustos rojizos y los pinos,
danza aérea amortiguada,
como una especie de profanación,
ella corre.
Entre dudas y relojes parados
—tan lejos de ti—
una vida entera pasa, la ves pasar,
tránsito fugaz su acontecer
de obsolescencia programada
hasta consumarse en la tierra.
Quién podría esperar ahora
algo distinto a la rutina
de ver pasar las horas
de ver pasar los años,
ella corre,
la ves pasar, la ves cómo sacude
la congelación que habita en nosotros.