Nino yuntero, poeta y cabrero (A Miguel Hernández)
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- Alejandro Costa
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Nino yuntero, poeta y cabrero (A Miguel Hernández)
cargado de ironía, tan de dolor cargado,
campesino en tierra enferma, muerto campesino,
arrojado al mar de penas, de ahogo arrojado.
Cretino sentir que respira, de aire cretino,
sitiado por miradas, con sal y odio sitiado,
asesino sin guarida, culpable asesino,
desterrado sin patria, de vida desterrado.
Tuberculoso herido de paz, tuberculoso,
cabrero, niño yuntero, poeta y cabrero,
injusto padecer, entre barrotes, injusto.
Majestuoso legado entre versos, majestuoso,
pasajero de sepulcro y sangre, pasajero,
arbusto, trino y poesía, poeta arbusto.
No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.…
Me sobra el corazón (Miguel Hernández)
Re: Nino yuntero, poeta y cabrero (A Miguel Hernández)
Sí quería comentarte que el mito del Miguel cabrero se ha reforzado en exceso en detrimento de su formación. Miguel, era un niño muy precoz e inteligente que estuvo becado en el colegio Santo Domingo de Orihuela, en aquel entonces regido por los Jesuítas, y en el que yo estuve también haciendo parte de mi bachillerato. Y que el entonces rector del colegio, el canónigo Luis Almarcha Hernández, puso a su disposición su enorme biblioteca de la que Miguel hizo un uso intenso. Creo que se abusa mucho de esa imagen ciertamente interesada y que Miguel, incluso, en determinado momento fomentó en Madrid.
Un cordial saludo.
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Re: Nino yuntero, poeta y cabrero (A Miguel Hernández)
Besos
Pilar
- Rafel Calle
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Re: Nino yuntero, poeta y cabrero (A Miguel Hernández)
Abrazos.
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Re: Nino yuntero, poeta y cabrero (A Miguel Hernández)
- J. J. Martínez Ferreiro
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Re: Nino yuntero, poeta y cabrero (A Miguel Hernández)
Tiene razón Rafa, muchos de los versos no son alejandrinos. El alejandrino se construye con dos heptasílabos (7+7), llamados hemistiquios, y con una cesura entre ellos que no permite la sinalefa; es más, al leer un alejandrino se debe de hacer una pequeña pausa al llegar a la censura:
Tuberculoso herido/ de paz, tuberculoso.- Alejandrino (7+7)
cabrero, niño yuntero/poeta y cabrero.- 14 sílabas (8+6) No es alejandrino.
Abrazos, salud y feliciano.
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Re: Nino yuntero, poeta y cabrero (A Miguel Hernández)
Ese pasajero que bien perfilas nos aplica a todos.
Un abrazo y feliz año.
Ignacio
...
Aprovecho el comentario de Armilo para profundizar y esclarecer mínimamente la desvirtuada semblanza que de Miguel Hernández se ha querido trasmitir y mantener. La idea de un pobre hombre que apenas sabía las cuatro reglas y poco más que leer y escribir, pasando penurias como pastor de cabras en el monte, aislado del entorno cultural. Los motivos son diversos y cruzados, y nunca bien aclarados.
Miguel Hernández, como apunta Armilo, estuvo escolarizado 10 años y tutelado por el cura Luis Almarcha, que con los años sería obispo de León, hecho que le facilito el acceso a la biblioteca recomendándole y prestándole lecturas de los clásicos que contribuyeron a su formación intelectual. Curiosamente, con el tiempo, se cuestionó y todavía se cuestiona si la intervención de Luis Almarcha fue lo suficientemente activa para evitar el revanchismo que sufrió Hernández con su detención.
Su familia no era de pastores, era una familia ganadera en la que su padre era tratante de ganado; nunca pasaron penurias aunque sí se habla de la austeridad de su padre, pero Hernández contó con la permisividad suficiente para desarrollar sus inquietudes intelectuales. Apenas pastoreó 5 años, y no intensivamente, durante el periodo de su educación de los 10 a los a 20 años de edad; pastoreo que le sirvió para encontrar el tiempo necesario para sus lecturas liberado de otros quehaceres que le habrían supuesto mayor dedicación.
Conocía el idioma francés, del que hizo traducciones, y se manejaba con el latín. Pudo viajar a Madrid yendo y viniendo sin restricciones. Mantenía relación con el poeta Carlos Fenoll y con Jesús Poveda que aparecen los tres como redactores de la publicación cultural Voluntad, y entraron en contacto con la Alianza de Escritores Antifascistas en la que estuvo Hernández, de manera que pudo conocer a otros miembros como Rosa Chacel, Emilio Prados, Alberti… María Zambrano, Gómez de la Serna…
Conoce sobre todo a José Marín Gutiérrez, que luego pasaría a llamarse Ramón Sijé, también educado en Orihuela y que sería clave en la vida de Hernández y es quien le presenta a Raimundo de los Reyes y a escritores del entorno del periódico La verdad donde publica en su colección de libros Perito en lunas, su primer libro, con el asesoramiento de Sijé. Conoce a la hija del ministro Albornoz, mentor de la generación del 27. Conoció a Ernesto Jiménez Caballero y su entorno literario e intelectual y a Martínez Corbalán en la revista Estampa que fue donde se dio a conocer.
Llegó a tratar con los personajes más influyentes de su época en cuanto a lo literario y cultural; conoce a Bergamín, a Neruda, a Vicente Aleixandre que le tenía un especial afecto, a José María de Cossío… lo que le supuso entrar de lleno en el conocimiento literario de la época y fomentar relaciones que le permiten publicar.
En definitiva, con estas pinceladas en las que se puede profundizar mucho más, podemos ver que de la imagen poco menos que analfabeta de un pastor tocado por el genio y arropado por las musas, tiene muy poco que ver con la realidad intelectual en la que vivió Hernández y que le permitió a su vez proyectarse. Es tremendo ver que todavía aparece y se fomenta la visión, el mito, de ese pastor desculturizado, desvalido, pobre y autodidacta que llega a un Madrid sin apoyos y que toda su obra es fruto de una especie de ciencia infusa inherente a su persona. Sin estudio ni conocimiento es poco probable que se materialice el genio. Su talento y su importancia histórica y cultural es innegable, pero conviene poner en contexto su persona y su obra para entender su evolución de modo que no quede desvirtuada.
Para quienes quieran profundiza y acercarse sin prejuicios a la figura de Miguel Hernández, recomiendo la lectura del libro de
José Luis Ferris, filólogo y poeta; posiblemente la obra más calibrada sobre Miguel Hernández.
Abrazos.
Ignacio
Re: Nino yuntero, poeta y cabrero (A Miguel Hernández)
Agradezco este loable rescate de Rafel que puede dar lugar a una línea de comentarios muy interesante.
Un abrazo, salud y buen año amigo
Re: Nino yuntero, poeta y cabrero (A Miguel Hernández)
Aprovecho para casar a flote un comentario tuyo que no tenía olvidado, esperaba el momento adecuado que llegó con el reflote de este poema.
Dijiste en respuesta a Ana que hacía referencia a mi pasión por los versos de Miguel:
Mi pregunta es si te refieres a los datos biográficos antes expuestos por ti o a la poética hernandiana en sí.Ignacio Mincholed escribió: No es momento adecuado para tratar las luces y sombras del popular poeta Miguel Hernández, que tanto le afloja las piernas al Prior, pero prometo que en algún momento trataré de desvestir al santo; que no toda el agua es para beber ni toda alfombra voladora.
El paisanaje no debe hacernos perder la crítica de la razón.
Un abrazo casto para su ilustrísima y otro para su sobrina, Dios le siga dando mucha salud.
Feliz año amigo
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Re: Nino yuntero, poeta y cabrero (A Miguel Hernández)
Así es, Armilo, pero a la vista de la historia dudo yo que alimentara con ironía su mito del poeta rural, me inclino más a pensar que lo hizo de forma legítimamente interesada para conseguir hacerse escuchar.
Lo que está claro es que Miguel Hernández fue un hombre maltratado y utilizado por las corrientes políticas en su condición de persona y de poeta. Oscurecido y prácticamente anulado de la historia popular, resurge en los años setenta otra vez de la mano política con todos los sesgos que cualquier resurgimiento condicionado por lo político suponen. No resurge como un poeta de plenitud poética sino como un banderín de enganche ante los nuevos tiempos, otra vez políticos. Importaba más su figura que su poesía.
Murió con 31 años, apenas tuvo 9/10 años de creación válida. Desde su primer libro, Perito en Lunas, hasta el último que no vio publicado en vida, Cancionero y romancero de ausencias, dos voces poéticas absolutamente distintas en un periodo de 8 años. Desde una voz de metáforas crípticas hasta la claridad de ideas de una penetrante humanidad.
Emplea en su primer libro, en octavas reales, un tratamiento adivinatorio:
A fuego de arenal, frío de asfalto
Sobre la Norteamérica de hielo,
con un chorro de lengua, África en lo alto
por vínculos de cáñamo, del cielo.
Con este tratamiento pretende no perder el estilo de la modernidad imperante de los poetas de referencia, pero no parece sentirse cómodo en esos terrenos de la insinuación que los autores afamados utilizaban.
En la modernidad no cabía fácilmente el sentido religioso que bullía en Hernández, no se sabe bien en qué alcance pero en él estaba latente la influencia religiosa hasta el punto de escribir su obra de teatro, Quien te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras, un auto sacramental al gusto del XVII que publica en 1933 de la mano de Bergamín en un momento álgido de la república, y que, curiosamente, es la obra que le da empaque, cosa que no le había dado hasta el momento la poesía. ¿Lo escribió por convencimiento o, inteligentemente, para procurarse una llamada de atención? El caso es que le abre las puertas para relacionarse con autores y personas influyentes en lo cultural. Y ahí es cuando, posiblemente, empieza a explotar esa imagen rural para de algún modo hacerse acoger en las condescendientes y cultivadas filas de lo urbano.
Conoce a Lorca en un encuentro con poca fortuna para Hernández. Lorca era para Hernández el poeta de referencia, pero a Lorca nunca le entró por el ojo el Hernández persona ni poeta. Quizá Hernández no midió bien su forma de aproximación a Lorca extremando sus modales y ruralidad para relacionarse con él. La impresión que produjo en Lorca no resultó favorable. Hernández utilizó su aura rural en temas que Lorca trataba desde otra perspectiva, y a una distancia prudente desde su posición. El caso es que Lorca ninguneó a Hernández.
Por lo que fuera, no le sale del todo bien presumir de su condición rural, cuestión que posteriormente utilizarán en su contra y para su desprestigio, haciéndole pasar por un gañán, las fuerzas vivas del golpe de estado del 36; pero les salió mal la jugada, cuando se dieron cuenta trataron de ocultarlo, y así pasó años en terreno de nadie hasta su encumbramiento como poeta del pueblo. Y lo encumbraron no precisamente por su poesía sino por la tragedia de su muerte programada. Digo no por su poesía porque no sería hasta más tarde cuando se realzó y se puso en valor su figura como poeta pleno.
En el año 1935, ya instalado en Madrid animado por Neruda, se producen en Hernández una serie de cambios amorosos e ideológicos, se desprende de la autocensura de su formación católica atisbando otras posibilidades de libertad de pensamiento en las que tendrá mucho que ver su amistad con Vicente Aleixandre y la relación con la que fuera novia de Alberti la pintora Maruja Mallo.
La visión diametralmente opuesta de Neruda frente a la de Sijé, debieron producir en Hernández una tensión de pensamiento que contribuyo a fortalecer su ánimo y su poesía, tensión que le supuso ciertos disgustos con su amigo de Orihuela que no pudieron solucionar debido a la muerte de Sijé. El dolor por el amigo perdido durante esas circunstancias es lo que le llevó a escribir el tremendo poema Elegía.
Estos hechos, y otros muchos, indican que la poesía relevante que conocemos de Hernández es fruto de un poeta culturizado y con una amplia visión del mundo de su época, muy alejada de la idea de una poesía de espontaneidad rural que tanto interesó difundir al franquismo para instalarlo en ese nicho mucho menos peligroso que en el nicho de los intelectuales beligerantes; aun así, el revanchismo y el miedo al libre pensamiento hicieron de Hernández una víctima real de las cárceles franquistas que posteriormente aprovecharon los contrarios al régimen, sin demasiados escrúpulos, para su utilización como figura emblemática. Yo me acuso, porque me dejé llevar por su figura sin tener el conocimiento que hoy puedo tener sobre su obra poética.
Estos versos de la Elegía a Ramón Sijé se instrumentalizaron de tal modo que popularmente no es bien conocido todavía hoy el motivo que dio lugar a ellos, quedando como bandera política:
Temprano levantó la muerte el vuelo, […]compañero del alma, compañero.
Estas luces y sombras, la manipulación por parte de unos y otros, unos por su figura y otros por su poesía, desdibuja la realidad del hombre y del poeta. Cuestión que no resta nada a sus vitales convencimientos ideológicos sobre el poder de la palabra en su compromiso humano, social y político en Viento del pueblo y El hombre acecha.
Cierra las puertas, echa la aldaba, carcelero.
Ata duro a ese hombre: no le atarás el alma.
Con el tiempo, resulta doloroso ver cómo desde los poderes se manipula a las personas y sus obras a conveniencia hasta quedar en estereotipos. A la poesía de Miguel Hernández se le debe reconocimiento por sí misma. Esto es lo que pretendía señalar, Armilo; los avatares de su poesía y su persona, de su obra inamovible en el recuerdo y en la historia de la mejor literatura poética.
…
[Mi sobrina, Prior, ¡ay mi sobrina! Está en ese etapa rebelde que da el desarrollo del organismo, desarrollo que, como dijo el gran franciscano Ubertino da Casale: Pulchra enim sunt ubera quae paululum supereminet et tument modice, nec fluitantia licenter, sed leniter restricta…
Espero que la buena guarda de nuestro querido Protonotario la mantenga alejada de tentaciones propias y ajenas. Quedo en sus oraciones].
…
Alejandro, disculpa que se hayan producido sobre la marcha estos comentarios en el espacio de tu poema que quizá deberían figurar en el foro de crítica; tú y la Administración diréis. De todos modos gracias por dar salida a tu reconocimiento de Miguel Hernández con tu buen poema.
Abrazos.
Ignacio
- Alejandro Costa
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Re: Nino yuntero, poeta y cabrero (A Miguel Hernández)
Os oigo debatir e informar sobre el genio que más ha maltratado mi mente y sin ánimo de entrar en disputas con alguien que seguro posee más cultura que yo, creo sinceramente que os costaría demasiado entender que en mi locura, en su profundidad, existen destellos que únicamente ha compartido Miguel Hernández conmigo, y os aseguro que no estoy loco.
Es algo increíble e inexplicable, si, pero real.
¿Acaso lo que te hace sentir no es real?
Vosotros tenéis la cultura, yo el sentido de la realidad, su realidad.
Cuando pueda buscaré un documental de TVE Española dedicado a Miguel Hernández que es una genialidad y deja muchas cosas claras.
Historiadores, biógrafos, gente de la cultura, etc. Buenísimo.
Por el momento tan solo me queda su compañía y su genial legado.
Un abrazo.
No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.…
Me sobra el corazón (Miguel Hernández)
- xaime oroza carballo
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Re: Nino yuntero, poeta y cabrero (A Miguel Hernández)
Escalofriante el canto, amigo. Sí, majestuoso.Alejandro Costa escribió:Imagino el mal que dispongo, mal que imagino,
cargado de ironía, tan de dolor cargado,
campesino en tierra enferma, muerto campesino,
arrojado al mar de penas, de ahogo arrojado.
Cretino sentir que respira, de aire cretino,
sitiado por miradas, con sal y odio sitiado,
asesino sin guarida, culpable asesino,
desterrado sin patria, de vida desterrado.
Tuberculoso herido de paz, tuberculoso,
cabrero, niño yuntero, poeta y cabrero,
injusto padecer, entre barrotes, injusto.
Majestuoso legado entre versos, majestuoso,
pasajero de sepulcro y sangre, pasajero,
arbusto, trino y poesía, poeta arbusto.
Un abrazo. Gracias por tanta hermosura.
Re: Nino yuntero, poeta y cabrero (A Miguel Hernández)
Sabemos que el hombre está condicionado por las circunstancias, por lo tanto la poética y la poesía de Miguel también, su obsesión inicial era ser un poeta reconocido. La evolución fue rápida por su notable genio para las letras y capacidad de observación, cosa que se percibe en su poesía; de la naturaleza, que bien conocía, aprovechó numerosos elementos y además tenía la técnica imprescindible aprendida a través de numerosas lecturas, ensayos y estudio. Se desmarcó de la generación del 27 para convertirse en el poeta del pueblo, que no un cabrero poeta, después de pasar por el frente y ver la realidad del hombre; fue entonces cuando pasó a hablar de un yo a un vosotros sin complejos. De carácter fuerte y muy tozudo, quizás fue eso lo que llevó a que su poesía no estuviera tan analizada en los círculos universitarios, dominados por sus correligionarios, unos a favor y otros claramente en contra y pasara periodos de ostracismo que fueron aprovechados por los poderes fácticos, ávidos de mitos y símbolos culturales aprovechando la ignorancia. Hoy creo que se está solventando esa injusticia a través de estudios como los que mencionas de José Luis Ferris y muchos otros.
Tengo fe en que pronto su figura se desprenderá del mito para ocupar el puesto que le corresponde en las letras españolas y mundiales.
Hablar de Miguel sería interminable, muy buena línea esta con el permiso de Alejandro, un fervoroso lector de su poesía.
Un abrazo y salud amigo
Re: Nino yuntero, poeta y cabrero (A Miguel Hernández)
Como pasa con el arte y los artistas, querido amigo Alejandro, la obra de Miguel Hernández, de la que yo me declaro apasionado, tiene muchas facetas y cada uno nos aferramos por afinidad a alguna de ellas con mayor énfasis que a otras. En mi caso, por ejemplo, que conocí su obra en un seminario sin demasiadas implicaciones políticas, me quedo con su brutal fuerza expresiva y su humanidad; mi afición a los versos me viene de los primeros poemas que escuché declamar en eventos que para tal fin se convocaban en el seminario, sin ninguna censura.Alejandro Costa escribió:Ante todo pido disculpas por mi bajo rendimiento en el foro, pero mi salud y mi mente ahora mismo no me dejan demasiado margen.
Os oigo debatir e informar sobre el genio que más ha maltratado mi mente y sin ánimo de entrar en disputas con alguien que seguro posee más cultura que yo, creo sinceramente que os costaría demasiado entender que en mi locura, en su profundidad, existen destellos que únicamente ha compartido Miguel Hernández conmigo, y os aseguro que no estoy loco.
Es algo increíble e inexplicable, si, pero real.
¿Acaso lo que te hace sentir no es real?
Vosotros tenéis la cultura, yo el sentido de la realidad, su realidad.
Cuando pueda buscaré un documental de TVE Española dedicado a Miguel Hernández que es una genialidad y deja muchas cosas claras.
Historiadores, biógrafos, gente de la cultura, etc. Buenísimo.
Por el momento tan solo me queda su compañía y su genial legado.
Un abrazo.
Según la lectura de tus poemas, tus indicaciones y comentarios tú te identificas mucho con el Miguel de la herida que siempre estará de actualidad. pues la vida no siempre es un camino de rosas.
Y por supuesto que creo que Miguel te habla como un amigo, pienso que es una de las funciones de la literatura escrita, un diálogo imperecedero con el hombre de todos los tiempos y lugares.
Un abrazo amigo y perdona la intromisión en tu poema.
- Rafel Calle
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Re: Nino yuntero, poeta y cabrero (A Miguel Hernández)
Hablando de la combinación versal en tu soneto, también podría ser un homenaje al gran poeta orcelitano, ya que gustaba mucho del alejandrino. Tanto Miguel como Lorca quisieron innovar en el alejandrino, así, no es raro que en sus obras aparezcan versos de 14 sílabas que rompen la cesura en séptima, con lo cual, su innovación consistió en combinar versos de 14 sílabas ateniéndose al principio de isosilabismo, algo que, precisamente, tú has hecho en tu soneto, con una precisión cirujana. A simple vista, parece que en algunos versos se ha roto la cesura en séptima, pero no, no se rompe nada, sino que se trata de versos tetradecasílabos simples, aunque algunos se puedan dividir en dos isostiquios de siete sílabas. Para ser alejandrinos, todos tendrían que ser versos compuestos, es decir, debería verse con suma claridad la intención del autor. En métrica, la intención es básica para el análisis.
Probablemente, Miguel hoy se sorprendería al saber que no es que rompiera cesuras o cosas por el estilo, sino que en su combinación se trataba de versos simples, luego, no hay más pausa ni más alteración del cómputo silábico que las correspondientes a todos los versos, sin excepción. Sí que fue una auténtica tragedia que autores tan grandes como Miguel Hernández, García Lorca… se fueran tan temprano, seguro que, con más tiempo, le hubiesen dado un enorme vuelco y no solo a su poesía sino a la de todos.
Y, bueno, aunque lo más llamativo de tu soneto sea la reiteración sin tregua de la epanadiplosis, lo cual podría ser un serio contratiempo para muchos lectores, lo más interesante es la construcción del verso a base de tetradecasílabos simples, un verso largo muy poco empleado a través de la historia del poema.
Abrazos.