Campeona

[Luis M]

`
Mi abuela, gran tipa.

Hoy me he acordado de ella.

Bella de verdad, (y no porque no tuviera nietos,
que sí los tiene)
De joven,
nada que envidiar a una actriz de Hollywood.

Hoy mi nevera estaba vacía, no sabía que comer,
y he decidido ir a un chino.

La primera vez que comí en un chino
-allá por los 70- fue con ella.
Yo pensaba: tengo la abuela más moderna
del mundo.

Pero, no, ella no era moderna,
solo era una mujer con muchos huevos.

Viuda a los cuarenta y tantos, y por siempre.
Sacó el carnet de conducir.
Pisaba el acelerador con alegría
(como se deben pisar los aceleradores)

Contaba, orgullosa, aquella tarde
que mandó a la mierda al famoso franquista Blas Piñar
en el ascensor del edificio de su oficina.

No le gustaba la poesía, pero los libros
(devoradora de ellos) eran su vida.

Sus batallitas destilaban el mismo dolor
que épica.
El relato de sus viajes a Cuba y Rusia
iluminaban sus ojos.

Socialista pero muy guay ella,
solo compraba en el Corte Inglés,
y yo le compraba novelas sobre la guerra, sus favoritas,
¡con letra grande!, me decía los últimos años.

Luego le temblaban las manos
como el volante de un coche viejo,
y el primer cajón de la cocina
lloraba furioso
el destierro de su amado chocolate.

Su piso fue siempre mi segunda casa,
el barrio de Nuevos Ministerios mi segundo reino.

Cuando murió, solo solté
alguna lágrima en el discurso del cura,
hermano de su yerno. Qué curioso,
ni ella ni yo fuimos nunca de curas.

Hace siglos que no comía en un chino,
y hoy al ir a uno
la he recordado como aquel día;

se me escapó
alguna lágrima traidora más,
y una sonrisa al cielo de las campeonas.

____________

[Rafel Calle]

Tan bello como entrañable trabajo, amigo Luis.
Abrazos.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Amigo Luis, lo tienes que reconocer, este poema es pura lírica, pero una lírica diferente, esa a la que llegas tú, cuando tu estilo coge la corrientes más calientes del aire, y asciende como la aves, cada vez más arriba.

Todo un placer de lectura, este entrañable homenaje a tu irrepetible abuela.

Abrazos, salud.. y a bebérselo todo... por si acaso

[Antonio Arjona]

Honor a quienes honores merecen, todas las abuelas son heroínas, pero a cada nieto le duele la suya, yo no conocí a la mía, pero adoro la figura de (como dicen los ingleses) la gran madre.
Enhorabuena, seguro que ella, allá donde esté, te estará aplaudiendo con los ojos llorosos.

[Ignacio Mincholed]

Yo que no soy hombre de chinos, igual pido un arroz tres delicias y algunas de sus cosas que no recuerdo, incluso algo agridulce,
para acompañarte en tu recuerdo, Luis.

Ya se lo dijimos a Armilo, y lo dice J.J, que la lírica es cosa diferente en manos diferentes.

Un fuerte abrazo.
Ignacio

[Pilar Morte]

Qué emotivo y hermoso poema en el que dejas traslucir sentimientos a una figura entrañable, No conocí a las mías pero me hubiese encantado disfrutar de ellas y con ellas. Me encantó el poema.
Abrazos
Pilar

[Armilo Brotón]

Estimado amigo cualquier homenaje a nuestros abuelos es poco. Yo quería mucho a los míos y tengo bellos recuerdos de ellos. También puede ser un homenaje, generalizando, a las personas mayores hoy tan olvidadas y solas.

La lírica nunca te abandonará y lucha como una jabata en tu corazoncito animal. No sé por qué me abad me culpabiliza, con cierto escarnio, por reseñar esta parte tan noble de tu ser. Debe ser que los años lo han encallecido y añora dejar algún galleo en sus versos mucho más conceptuales.

Un abrazo y salud

[Ignacio Mincholed]

[Perdóname, Prior, por utilizar el enganche de tu mano para salvarlo de las llamas; que el algodón de azúcar arde como pólvora en manos de demonios, y él tiene querencia a los unicornios y al arco iris.
Si hasta San Antonio, tan alejado del mundo, demonio y carne, padeció mil tentaciones; cómo iba a librarme yo (tal como sugieres) de caer en las fiebres de las pupilas azules y los labios de rubí. Quien esté libre de lírica, que tire el primer verso].

[J. J. Martínez Ferreiro]

Me parto!!

[Armilo Brotón]

[Perdóname, Prior, por utilizar el enganche de tu mano para salvarlo de las llamas; que el algodón de azúcar arde como pólvora en manos de demonios, y él tiene querencia a los unicornios y al arco iris.
Si hasta San Antonio, tan alejado del mundo, demonio y carne, padeció mil tentaciones; cómo iba a librarme yo (tal como sugieres) de caer en las fiebres de las pupilas azules y los labios de rubí. Quien esté libre de lírica, que tire el primer verso].

No se disculpe, querido abad, en este lírico y ejemplar poema que le dedica como respuesta, que indica, fehacientemente, cómo debe conducirse el Hno Luis, que esto va en nuestro salario: recomponer almas que, descarriadas, buscan en otros lares lo que tienen en su mano. Es algo muy común en los hombres esta distorsión del pensamiento y el anhelo. Nosotros, fuertes en el cañón, tenemos metas más realistas y sinceras. No nos hace falta el polvo de rinoceronte que los antiguos confundieron con el unicornio. En una espléndida novela, ambientada en la época del rey Enrique IV de Castilla, llamado el Impotente, En busca del unicornio, Juan Eslava Galán lo expone muy bien; no es nuestro caso pero bueno es reseñarlo para que el rebaño de fieles necesitados no anden perdidos en farmacias y pupilas azules. Nosotros preferimos pupilas de carne y hueso, como su sobrina, dulce néctar que el cielo nos mandó.

[Ignacio Mincholed]

[Y yo, J.J. El buen inquisidor Bernardo Gui, a la postre obispo de Tuy, nos mandaría a la hoguera por culpa del prior irredento).

No me miente a mi sobrina, querido Prior, que estoy en vilo. Su conciencia de este mundo está en tierna formación, y aun estando bajo la vigilancia de nuestro querido Protonotario (no sin dudas y cautelas por mi parte), mucho me temo que inducida por los poderes lúbricos de los bosques gallegos caiga en manos de algún sátiro de flautín.

[Armilo Brotón]

una lírica diferente, esa a la que llegas tú, cuando tu estilo coge la corrientes más calientes del aire, y asciende como la aves, cada vez más arriba

Ya se lo dijimos a Armilo, y lo dice J.J, que la lírica es cosa diferente en manos diferentes.

Estimado protonotario apostólico, abad querido:
Cuando empezáis a hablar de manos diferentes, aires calientes y ascendentes, lírica y otras cosas más ya no sé, en mi ingenuidad, si estáis, con el lenguaje metafórico que os caracteriza, aconsejando escala pirata en el sacro, con alejandrino sobreesdrújulo y con estrambote, o realmente hay que agarrar la lírica con firmeza y penetrar el olimpo de las musas como hace el Hno Luis en alguna de sus mejores creaciones.
Una ablución sería oportuna.

Abrazos y salud

[Luis M]

Tan bello como entrañable trabajo, amigo Luis.
Abrazos.

Muchas gracias, amigo Rafel. Me alegra que te gustara este poema. Abrazos.

[Ignacio Mincholed]

Aun bien ablucto no me atrevo yo con semejante exégesis, que es cosa de estar iluminado y claro de mente; y con lo de mi sobrina presente no vaya yo a confundiros.
La lúcida cabeza del barbado Protonotario podrá guiarnos con firmeza sin perder de vista lo que aquí nos trae, el sentido y bien armado poema del Hno. Luis.

[Luis M]

Amigo Luis, lo tienes que reconocer, este poema es pura lírica, pero una lírica diferente, esa a la que llegas tú, cuando tu estilo coge la corrientes más calientes del aire, y asciende como la aves, cada vez más arriba.

Todo un placer de lectura, este entrañable homenaje a tu irrepetible abuela.

Abrazos, salud.. y a bebérselo todo... por si acaso

Yo nunca he renegado de la lírica, jeje, (es algo inherente a la poesía), solo reivindico una lírica más actual. Pero en realidad no he inventado nada, hay muchos autores actuales que lo hacen. Todas las interesantes charlas que hemos tenido en el foro acerca del realismo hablan sobre ello.
Me alegra mucho que te haya gustado este poema, Ferreiro, muchas gracias; ... y sí, ella era irrepetible, como son la inmensa mayoría de las abuelas del mundo.

Pd. Apoyo tu moción, amigo, ¡a bebérselo todo!, por si acaso . Un fuerte abrazo.