Gracias por tus amables palabras. Me alegra que así lo consideres.Alejandro Costa López escribió:¡Qué maravilla!
Un gran poema con unas metáforas delicadas e incluidas en el lugar preciso.
Un beso.
Besos
Pilar
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Gracias por tus amables palabras. Me alegra que así lo consideres.Alejandro Costa López escribió:¡Qué maravilla!
Un gran poema con unas metáforas delicadas e incluidas en el lugar preciso.
Un beso.
Qué generosa eres, querida amiga, apreciando el poema y cómo te lo agradezco .curra anguiano escribió:Mi muy querida Pilar, describes con magnificiencía, ese revuelto de hormonas y pensamientos que nos encamina hacia ser mujer, y lo doloroso que puede llegar a ser perder la comodidad de la niñez, y a la vez la emoción de los nuevos pasos. Eres un genio.
Mil besos y mil gracias
Curra
Gracias, querida amiga, por venir y decirme lo que piensas.Carmen Pla escribió:Me cautivó el poema, Pilar, la experiencia sincera que transmite de belleza inspiradora.
Siempre un placer leerte, tus letras son muy significativas.
Besos.
Gracias, querido amigo, por el rescate a este poema del rincón de los recuerdos.Rafel Calle escribió:Los mejores poemas de Pilar Morte, en Alaire.
Precioso viaje, imposible de aquilatar en nuestra niñez, o adolescencia, más bien - como bien dices- cuando embarcamos en alta mar hacia la suma de uno mismo. Un abrazo grande. ERAPilar Morte escribió:No sé cuando pasé de chiquilla a mujer,
sé que sangré sin la herida,
y me desnudé con el rubor de los pechos despiertos.
Mi madre me llamaba
y no sabía si responder con voz de niña.
Iba buscando espejos para verme
y en ellos descubría parecidos
y muchas diferencias.
Me vestí de luciérnagas
para visionar un resplandor de sueños y el mirador del mundo
No cabía el escéptico en mi mente
ni el peligro habitaba fuera de mi casa,
sólo el miedo a lo oculto llenaba el cráneo de locas palomas.
Reestrené todos los sentidos,
y me bañé en el lago que el fervor perseguía,
juego de agua sagrada bordada de nenúfares,
espuma de colores incipientes
donde naufragar era un pensamiento.
No sé cuando el amor fue deseo,
(mariposas danzando por el vientre
como un advenimiento nuevo)
ni el momento en que me pregunté quién era,
ni cuando mudé la noche por un diario,
ese tiempo en el que irme descubriendo,
ni la voz dijo cuando el tiempo adulto
empieza el recorrido.
Disfruté alguna hazaña, recordadas ahora lentamente.
Conocí el dulzor de varios amores y queda residente la amistad,
una barca con la que arribar al hostal definitivo.