Jorge Salvador escribió:Me uno completamente al comentario de Ferreiro. Llamemos a tu poesía como cojones queramos, pero disfrutémosla como merece. Acertadísimo el término conmoción para describir lo que uno siente al acabar de leer este gran poema. Yo, por mi parte, me queda con esta estrofa que me encantó
De repente, entraron por la puerta tu divorcio,
mi ex, un par de críos berreando por un sándwich
de nocilla, tu padre, mi madre, tu mejor amiga;
un repartidor de pasado, la poli, la casilla para ONGs
en la declaración de Hacienda, una de esas noches
del fin del mundo, la talla de tu sujetador, Freud,
Eolo, y hasta el atractivo cura de aquel pijo cole
tuyo a dos manzanas del Santiago Bernabéu...
Enhorabuena, querido amigo, sigues en plena forma
Muchas gracias, Ramón. Ciertamente perderse o dar importancia en/a la clasificación estilística de un poema es una soberana gilipollez, seguramente fruto del aburrimiento. Fíjate que a mí me encantan tanto el Let it be de los Beatles como el Come back Jackie de los Toy Dolls, o como admiro tus sonetos o los de Luis Rubio. Pienso que provocar conmoción, como tan generosamente Ferreiro y tú definís lo que produce mi poema, es a lo máximo a lo que puede aspirar un poeta cuando escribe. Si el arte no conmueve ¿para qué sirve?. Otra cosa es que a cada lector le conmuevan con diferente intensidad distintas temáticas poéticas. ... Si hay algo cierto en esta vida es que para gustos los colores (y por consiguiente, mientras más colores te gusten más gusto obtendrás...
) Un fuerte abrazo, querido amigo.