
Cuando llega el viento continuamente sobre un mismo sitio
acaso hablemos de torbellino,
de flameante incursión en los sentidos.
Cuando llega el tiempo sobre la misma hora,
sobre números,
sobre pactos señalados en el calendario solar,
acaso hablemos ya del pasado, a cada instante.
Cuando llegan los primeros reflejos del día,
atravesando nuestra imagen,
ya sea en fotografía o en cuerpo y alma,
nos sobrecogen las emociones y se van transformando,
acaso hablemos de restauración sentimental.
Cuando llegas tú,
nacida de las quimeras adiestradas con la vida,
pulida y lustrosa, blanquecina y oscura,
acaso hablemos de lucha interior,
por:
querer abarcar tu espacio,
acaso llegue, donde dije lo contrario,
todo de golpe.