La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Es serio, es transparente, es una explosión de belleza a cada verso leído.
El conjunto es una maravilla. Un poema muy completo.
Un abrazo.
Gracias, Alejandro, por tu visita y amable comentario. Tus palabras reconfortan mi espíritu. No es por vanidad, sino porque estoy saliendo de una crisis de la página en blanco.
Un gran abrazo.
Óscar
La poesía es la única soga de la cual dispongo siempre que caigo en el pozo del todo sin sentido.
Grandísimo poema, Óscar, una maravillosa reflexión sobre esas "edades del hombre", en un tono casi solemne, pero altamente emotivo y hermosamente diáfano.
Enhorabuena.
Un fuerte abrazo.
"¿Dices
que te tortura el no poder escribir
o que
no puedes escribir porque estás torturado?
¿Dices
que estos tiempos te han convertido en un escéptico
o que
estos tiempos confirman tu escepticismo?
Óscar Distéfano escribió: ↑Vie, 11 Sep 2020 3:58Soledad de la sangre
En soledad tremenda, temerario y hambriento de coraje,
batiendo rumbos de orilla en orilla a lo largo del río,
por los senderos de la caza, demonios y depredadores,
a pie, descalzo, con sus propias armas, ajeno a los sistemas,
donde murmura el cielo a mil kilómetros del mar,
a doce mil kilómetros del mundo, contra la piel de luna derretida,
su voz de culantrillos, su verbo acústico y sonoro,
debajo de sus uñas, sobre los tallos duros de sus dedos…,
late en la tarde milenaria su sangre india en la cañada.
Solo con sus ojos de puma, con el agua y la abeja,
reconoce su voz de sonidos monteses, de sombra en la hondura del bosque;
recuerda un jazmín en la frente oscura, en el cabello oscuro.
Un lirio besa el agua en el remanso, en la espera infinita
donde el grito es memoria y es sombra de los siglos,
y el aire carga agónico sus pájaros migrantes, y el árbol llora
sus cruces deshojadas, la silenciosa resonancia de las piedras.
Solo y sin prisa, sin glorias de batallas, sin almanaque,
con la sola voz de la sangre que lo guía en la selva.
De pronto ya no está presente: se ha vuelto un canto en mi memoria,
un hombre antiguo de corazón deshabitado en el poso del día,
en la quietud sacramental de las orquídeas.
Enorme poema, que me ha sobrecogido, amigo mío. "Solo y sin prisa"
Solo y sin prisa, solo y sin prisa...
Óscar Distéfano escribió: ↑Vie, 11 Sep 2020 3:58Soledad de la sangre
En soledad tremenda, temerario y hambriento de coraje,
batiendo rumbos de orilla en orilla a lo largo del río,
por los senderos de la caza, demonios y depredadores,
a pie, descalzo, con sus propias armas, ajeno a los sistemas,
donde murmura el cielo a mil kilómetros del mar,
a doce mil kilómetros del mundo, contra la piel de luna derretida,
su voz de culantrillos, su verbo acústico y sonoro,
debajo de sus uñas, sobre los tallos duros de sus dedos…,
late en la tarde milenaria su sangre india en la cañada.
Solo con sus ojos de puma, con el agua y la abeja,
reconoce su voz de sonidos monteses, de sombra en la hondura del bosque;
recuerda un jazmín en la frente oscura, en el cabello oscuro.
Un lirio besa el agua en el remanso, en la espera infinita
donde el grito es memoria y es sombra de los siglos,
y el aire carga agónico sus pájaros migrantes, y el árbol llora
sus cruces deshojadas, la silenciosa resonancia de las piedras.
Solo y sin prisa, sin glorias de batallas, sin almanaque,
con la sola voz de la sangre que lo guía en la selva.
De pronto ya no está presente: se ha vuelto un canto en mi memoria,
un hombre antiguo de corazón deshabitado en el poso del día,
en la quietud sacramental de las orquídeas.
Me adentro en tu profundo poema, en esa sagre recorrida mil vidas por detrás.
Me conmueve y me motiva.
Me recuerda mucho a mi amado padre descubriendo entre lagunas desiertas, como si estuviera en la jungal pero era El Impenetrable, lugar de quebrachos.
Gracias por compartir tu obra talentosa. Abrazo navideño.-
Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.
Francisco Luis Bernárdez
De pronto ya no está presente: se ha vuelto un canto en mi memoria,
un hombre antiguo de corazón deshabitado en el poso del día,
en la quietud sacramental de las orquídeas.
Me quedo con estos versos un placer pasar por tu obra.