Amigo Ignacio, siempre es un placer y honor disfrutar de la maestría de tu crítica literaria y más aun si los materiales objeto de tu arte son versos míos. Entonces, claro, me sumerjo en la taza y me embadurno todo lo que puedoIgnacio Mincholed escribió:Después de leer y releer te he visto de pie junto a unas rocas, abajo el océano que te remonta hasta estas visiones de profunda poética.
Es imposible para el lector precisar, o siquiera intuir, hasta dónde se adentra lo simbólico en la realidad que da pie a la narrativa poética que presentas; o más todavía, hasta dónde se adapta la realidad a tu visión.
Esa es la paradoja de la poesía narrativa, una paradoja que desconcierta al traer a primer plano las acciones [la visión, siempre deslumbrante… mirando el éxtasis de los delfines en el oleaje… En las terrazas descubríamos… donde se postran y mueren los relámpagos.] a la vez que contrapone ante el lector una visión puramente lírica [Todo se dispersa. / La eternidad de la intuición… allí sentíamos un sol gemelo, pero más gigante… Nada como el océano / para ahondar a los muertos].
Así, la lírica proporciona tensión a los elementos preexistentes, naturales, que se recrean para formar, mediante el desdoblamiento del poeta, el efecto de misterio en el poema.
En fin, felicidades J.J. por estas estaciones que produce tu propio océano.
Un fuerte abrazo.
Ignacio
Como ves he realizado sensibles cambios en el poema. Espero que fuera para bien.
Abrazos y salud.