campechano, capaz y gran persona.
Nunca quiso de honores ni corona
y vivía del campo enamorado.
Era el hijo de esfuerzo mal pagado,
de entereza y sudor que al surco abona,
entregado a la lucha que empitona
como el toro siniestro y derrotado.
Nunca supo de tardes o mañanas
ni terrón que a sus manos fuera manso,
solo supo de tierras y besanas
y jamás del sentido del remanso.
Yo te aplaudo con fuerzas y con ganas
y ojalá que disfrutes del descanso.