de macetas sus paredes
dos faroles encendidos
y otros adornos que cuelguen,
entre rosas y jazmines,
entre rejas con sus cierres,
destacaba la muchacha
con sus ojos relucientes.
Colores de rojos vivos
adornaban sus cachetes.
¡Qué bonita está la niña!
Con su carita inocente,
con sus labios bien marcados
donde la risa se crece.
Espera con ilusión
y en sus venas la sangre hierve.
Fue un Don Juan que la embrujó
sembrando vida en su vientre.
Y el Don Juan que se retrasa
¡Ay mi amor! ¿Por qué no vuelves?
¿No ves que estoy esperando,
que vuelvas para tenerte?
Pero el Don Juan no regresa,
no hay lugar en donde acepe,
voló con otra gaviota,
nuevo amor con el que sexe.
Y en el patio de mi Triana,
dos faroles adormecen
dos labios ya sin color.
Por muchos labios que besen.
*Triana: barrio castizo y típico de Sevilla,