El tacto del agua (L. XVII)

[Ricardo Serna G]

Hoy, que presiento sedas, querría que mis manos ya no fuesen de mármol.

Rafel


Un final que vale por mil versos....

El sentimiento se encierra cuando hay
barreras imaginarias- la experiencia tiene la razón-,
cuando el agua se diluye entre las manos,
entre pequeñas piedras o cuando el calor
se anticipa al árbol de palabras o el pensamiento
se convierte en un nudo de sentidos....


Maravilloso poema, gracias por compartir


Un abrazo fuerte, querido maestro y amigo

Feliz fin de semana

[Rafel Calle]

Muchas gracias, amiga Marimar, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado este poema.
Abrazos.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Magnífico rescate este "Tacto del agua", amigo Rafa.

Todo un placer de lectura.

Abrazos y salud

[Rafel Calle]

Muchas gracias, querida y recordada amiga. Donde quiera que estés, te mando un fuerte abrazo.

[R. M. Alemán]

Unas letras firmes, quizás algo duras, entre el suplantar o redimir... Dan mucho de sí, y tal vez ni les llego. Un gusto pasar, Rafel.
Abrazos.

[Julio Bonal]

'El pensamiento tú', qué extraordinario verso.
Creo que es uno de los más hermosos poemas que te he leído, con esas asonancias casi sin verse que urden el tejido versal en una oleada de resonanacia bella. No hay duda que conoces profundamente el paño.

Una abraçada.

[Rafel Calle]

Muchas gracias, amigo Jerónimo, tú siempre tan amable con mis humildes aportaciones.
Abrazos.

[javier eguilaz]

Habría que aplaudir la llamada del nudo
si la cuerda propone ungir los labios y casar el agua,
la densidad que apunta cuanto dices
y el lazo sensorial en lo que callas.

Quién sabrá de tu mente que no sea tu siervo,
capaz de seducir un témpano cautivo,
el fuego ahora, festín del agua en los sentidos,
preludio de calor en la raíz de la memoria hielo,
y el nido de pavesas que mutan su destino.

Quisiera regalarte un árbol de palabras,
mil hojas de las vísceras que regresan a tiempo,
verdor del organismo inacabado,
evolutiva forma del amar. El pensamiento tú
que riega los ramales de un bosque de sentidos.

¿Sabes? no sé tocar, nunca supe fundirme en otro tacto,
quizá deslizamientos breves, mis dedos padecían el mal de los ausentes.
Un reino en la unidad que nombra al solitario.

Hoy, que presiento sedas, querría que mis manos ya no fuesen de mármol.

Buen poema Rafel
Cuando nos cuestionamos... es señal de que estamos vivos, y con posibilidad de cambio, y avance. Si no, existe el riesgo de estancarnos.
Un fuerte abrazo Poeta
salud!
(antes sin darme cuenta comente en el comentario de Pilar, disculpa)

[Ulises C.J.]

Has hecho de la poesía caricias.
Precioso poema, amigo.

[Rafel Calle]

Muchas gracias, amigo Carlos, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado este poema.
Abrazos.

[Julio Gonzalez Alonso]

Hoy vuelvo sobre uno de los poemas que dieron pie al nacimiento del neosimbolismo de Alaire. ¡Felicitaciones, Rafa! Un placer releer.

[Ricardo López Castro]

Habría que aplaudir la llamada del nudo
si la cuerda propone ungir los labios y casar el agua,
la densidad que apunta cuanto dices
y el lazo sensorial en lo que callas.

Quién sabrá de tu mente que no sea tu siervo,
capaz de seducir un témpano cautivo,
el fuego ahora, festín del agua en los sentidos,
preludio de calor en la raíz de la memoria hielo,
y el nido de pavesas que mutan su destino.

Quisiera regalarte un árbol de palabras,
mil hojas de las vísceras que regresan a tiempo,
verdor del organismo inacabado,
evolutiva forma del amar. El pensamiento tú
que riega los ramales de un bosque de sentidos.

¿Sabes? no sé tocar, nunca supe fundirme en otro tacto,
quizá deslizamientos breves, mis dedos padecían el mal de los ausentes.
Un reino en la unidad que nombra al solitario.

Hoy, que presiento sedas, querría que mis manos ya no fuesen de mármol.

Se nota la experiencia y la mesura y atención en todo este poema y otros tantos que leí de tu autoría.
Me ha encantado, y me alegra poder decírtelo.
Abrazos y felicidad, estimado Rafel!