Cosmoagonía/Cósmosis

[Óscar Bartolomé Poy]

En un punto impreciso del eje de coordenadas donde confluyen espacio y tiempo
–quizá antes vivido y ahora repetido, quizá nunca antes vivido–,
el hombre desapareció como una mota de polvo en el camino,
como un trazo de tiza borrado por el tiempo y por las muchas manos que lo tocaron,
en una trayectoria paralela a la de cualquier otra forma de vida anterior y posterior
–finita por definición, imperfecta por añadidura–;
y desapareció con dolor, mas sin pena,
pues nadie lo sintió, y a nadie le importó.
A lo sumo,
puede que el espacio, en su imponente e inhóspita frialdad,
bostezara un adiós.
Y si alguna inteligencia nacida eones antes o después
–o existente en este mismo instante en un ignoto pliego del universo
a distancias que un humano no alcanzaría a medir–,
tuviera conciencia de ser y de estar,
jamás sabría lo que somos y fuimos.
Por capricho de la evolución,
y a diferencia de otras especies animales,
en un remoto eslabón de la cadena
la selección natural se equivocó
al introducir en nuestro código genético inteligencia y conciencia,
sólo para que nos diéramos cuenta de nuestras muchas limitaciones,
limitaciones de entendimiento y de ser insignificantes y finitos
en un espacio inmenso donde no cabe la compasión.
No existe otro animal sobre la faz de la Tierra que pueda crear,
pero la sensibilidad es un arma de doble filo,
porque quien puede crear belleza, también puede destruirla,
así que la destrucción se nos impone como un impulso irresistible,
pues la vida conduce inexorablemente a la aniquilación.
¿Y qué hacer con la sensibilidad
cuando la sensibilidad es un préstamo no deseado,
un inútil accesorio y hasta un estorbo?
La poesía es un error,
como error es la música
–Erato y Euterpe son la misma cosa–;
una maravillosa perturbación
dentro de un orden prosaico;
pero así y todo, un error.
Y yo,
que no soy más que un átomo galvanizado en un mar de iones,
una voz inaudible en un coro de esclavos,
aún suplico por un Dios que enmiende este fatal error.
La vida es un azar de magnitudes cósmicas
donde la banca siempre gana.
El que quiera ir de farol,
procure que su apuesta no sea alta,
si no quiere quedarse con lo puesto y a la baja.
Los años pasarán,
la Tierra seguirá rotando sobre su eje hasta que el Sol diga basta,
la vida morirá y nacerá
–como siempre, como nunca–,
sí, incluso el hombre desaparecerá...
Pero en un minúsculo rincón de este universo,
entre nebulosas de historias de todas las épocas y edades,
siempre reverberará el eco de nuestro amor.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

[José Luis Preciados Galán]

Enhorabuena Öscar.

Vengo siguiendo tus escritos y éste me parece proverbial.

Describes con maestría y elegancia la gran dicotomía razón-sentimiento y

como poeta ya se ve qué triunfa.

En efecto,"siempre el amor nos dejará su eco".

Un cordial abrazo.

[Óscar Bartolomé Poy]

Enhorabuena Öscar.

Vengo siguiendo tus escritos y éste me parece proverbial.

Describes con maestría y elegancia la gran dicotomía razón-sentimiento y

como poeta ya se ve qué triunfa.

En efecto,"siempre el amor nos dejará su eco".

Un cordial abrazo.

Gracias por ser el primero y el único en comentar este poema, el cual considero uno de los mejores y más profundos que he escrito. En efecto, a todo poeta el sentimiento, el amor, incluso el amor a las palabras, es lo que le mueve.

Un abrazo, amigo José Luis.

[Tristitia Marisol]

Este escrito de tono filosófico, como ya me haz acostumbrado, me deja reflexionando sobre lo duro que es darte la razón, aún cuando tengo la certeza de que la posees.
El conflicto del sentimiento con el entendimiento, que haz definido genialmente, me deja sumida en tus cavilaciones.
La estrofa final me ha parecido muy acertada, entre la aberración de ceder la razón a una especie ''finita e imperfecta'', queda el consuelo de poder disfrutar infinitamente de la perfección del amor.
Definitivamente uno de los mejores que he leído, toda mi admiración y mis aplausos.

[J. J. Martínez Ferreiro]

En un punto impreciso del eje de coordenadas donde confluyen espacio y tiempo
–quizá antes vivido y ahora repetido, quizá nunca antes vivido–,
el hombre desapareció como una mota de polvo en el camino,
como un trazo de tiza borrado por el tiempo y por las muchas manos que lo tocaron,
en una trayectoria paralela a la de cualquier otra forma de vida anterior y posterior
–finita por definición, imperfecta por añadidura–;
y desapareció con dolor, mas sin pena,
pues nadie lo sintió, y a nadie le importó.
.........................

Y yo,
que no soy más que un átomo galvanizado en un mar de iones,
una voz inaudible en un coro de esclavos,
aún suplico por un Dios que enmiende este fatal error.
..............................
Pero en un minúsculo rincón de este universo,
entre nebulosas de historias de todas las épocas y edades,
siempre reverberará el eco de nuestro amor.

.

y desapareció con dolor, mas sin pena,
pues nadie lo sintió, y a nadie le importó.

Cómo recuerdan estos dos versos (y otras partes del poema), aquello de..

“Yo he visto cosas que vosotros no creeríais, atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos "C" brillar en la oscuridad cerca de la puerta de "Tanhauser". Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia.... es hora de morir"

Creo que este es el mejor texto que te he leído (es que ese “entomólogo del alma”..) en este formato. Aunque muchas veces se hace muy discursiva o narrativa, su fuerza y lucidez son innegables. Se dicen aquí verdades terribles como puños, en un tono tan grandioso como el tema mismo que acometes.
Repito, es un texto terrible, pero no por ello hermoso, muy hermoso.

Todo un placer, amigo Oscar.

[Tania Alegria]

Un poema con estatuto de Ensayo, estimado Poeta Óscar Bartolomé Poy.

Profundo y sólido, cada imagen es un convite a la reflexión.

Antes que nada encuentro en tus letras una invitación a la humildad. Tan poco somos, y tan efímeros. Nos resta aprender a amar más y mejor.

Un abrazo con respeto, admiración y afecto.

[Óscar Bartolomé Poy]

Este escrito de tono filosófico, como ya me haz acostumbrado, me deja reflexionando sobre lo duro que es darte la razón, aún cuando tengo la certeza de que la posees.
El conflicto del sentimiento con el entendimiento, que haz definido genialmente, me deja sumida en tus cavilaciones.
La estrofa final me ha parecido muy acertada, entre la aberración de ceder la razón a una especie ''finita e imperfecta'', queda el consuelo de poder disfrutar infinitamente de la perfección del amor.
Definitivamente uno de los mejores que he leído, toda mi admiración y mis aplausos.

Yo creo que el amor sólo puede ser perfecto en la poesía o en la ficción, no en la realidad, y eso es así precisamente porque el ser humano es imperfecto, aunque sus creaciones no lo sean. En este poema no planteo, como en otros, la dicotomía razón/corazón, sino, más bien, el error que supone en la evolución de las especies el que un organismo tenga sensibilidad. La sensibilidad es al mismo tiempo una bendición y una maldición, porque te hace comprender el mundo, y al comprender el mundo, también te hace sufrir. La gran pregunta es: ¿en qué momento de nuestra vida aparece la conciencia? Nada hay más doloroso que la conciencia de finitud.

Me alegro que te parezca uno de mis mejores poemas. A mí también me lo parece, aunque sea un híbrido, un poema-ensayo. Besos faetónicos, mi estimada amiga Marisol.

[Óscar Bartolomé Poy]

En un punto impreciso del eje de coordenadas donde confluyen espacio y tiempo
–quizá antes vivido y ahora repetido, quizá nunca antes vivido–,
el hombre desapareció como una mota de polvo en el camino,
como un trazo de tiza borrado por el tiempo y por las muchas manos que lo tocaron,
en una trayectoria paralela a la de cualquier otra forma de vida anterior y posterior
–finita por definición, imperfecta por añadidura–;
y desapareció con dolor, mas sin pena,
pues nadie lo sintió, y a nadie le importó.

.........................

Y yo,
que no soy más que un átomo galvanizado en un mar de iones,
una voz inaudible en un coro de esclavos,
aún suplico por un Dios que enmiende este fatal error.
..............................
Pero en un minúsculo rincón de este universo,
entre nebulosas de historias de todas las épocas y edades,
siempre reverberará el eco de nuestro amor.

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y desapareció con dolor, mas sin pena,
pues nadie lo sintió, y a nadie le importó.

Cómo recuerdan estos dos versos (y otras partes del poema), aquello de..

“Yo he visto cosas que vosotros no creeríais, atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos "C" brillar en la oscuridad cerca de la puerta de "Tanhauser". Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia.... es hora de morir"

Creo que este es el mejor texto que te he leído (es que ese “entomólogo del alma”..) en este formato. Aunque muchas veces se hace muy discursiva o narrativa, su fuerza y lucidez son innegables. Se dicen aquí verdades terribles como puños, en un tono tan grandioso como el tema mismo que acometes.
Repito, es un texto terrible, pero no por ello hermoso, muy hermoso.

Todo un placer, amigo Oscar.

Si has entrado en mi página web, El Parnasillo, y has leído algunas de mis críticas y análisis fílmicos, como creo, entonces sin duda sabrás que 'Blade Runner' es una de mis películas favoritas. El epitafio de Roy Batty, que citas, es inolvidable. Me agrada que hayas sacado ese paralelismo entre la obra maestra de Ridley Scott y mi poema. Resulta muy halagador. En verdad, estimo que ésta es una de mis mejores obras, y casi con toda probabilidad la más profunda. Su tono es discursivo, como bien señalas, a medio camino entre la poesía y el ensayo filosófico. Me gusta la combinación entre filosofía y poesía. Creo que no hay nada mejor. Pienso que la poesía debe ser algo más que un conjunto de imágenes bonitas.

Saludos, amigo J. J. M. Ferreiro.

[Pilar Morte]

Buén poema. Me gustó leerte
Un abrazo
Pilar

[Óscar Bartolomé Poy]

Un poema con estatuto de Ensayo, estimado Poeta Óscar Bartolomé Poy.

Profundo y sólido, cada imagen es un convite a la reflexión.

Antes que nada encuentro en tus letras una invitación a la humildad. Tan poco somos, y tan efímeros. Nos resta aprender a amar más y mejor.

Un abrazo con respeto, admiración y afecto.

Sí, este poema tiene algo de opúsculo. En él ofrezco mi particular visión del mundo y de la vida, a grandes rasgos. Para quien haya leído a Schopenhauer, le será fácil adivinar 'El mundo como voluntad y representación' tras estos versos. Somos una mota de polvo en el camino, pero dentro de cada mota de polvo hay un microcosmos.

Saludos, Tania.

[Óscar Bartolomé Poy]

Buén poema. Me gustó leerte
Un abrazo
Pilar

Me alegro de que te haya gustado. Gracias por tu opinión.

Un abrazo, Pilar.

[Julio Gonzalez Alonso]

Imbuido de racionalismo y en medio del Universo, nos haces sentir pequeños, poco más que parte de la materia que se esparce en múltiples vidas. Pero se te salta una variable, la de la vida humana llena de contradicciones y enferma de sensibilidad, aunque cruel e implacable como especie. Todo la extensa disertación de tu poema recorre la angustia del existencialismo para concluir en el amor redentor. ¿Y si tampoco...?
Salud.

[Aubriel Camila de la Prad]

En un punto impreciso del eje de coordenadas donde confluyen espacio y tiempo
–quizá antes vivido y ahora repetido, quizá nunca antes vivido–,
el hombre desapareció como una mota de polvo en el camino,
como un trazo de tiza borrado por el tiempo y por las muchas manos que lo tocaron,
en una trayectoria paralela a la de cualquier otra forma de vida anterior y posterior
–finita por definición, imperfecta por añadidura–;
y desapareció con dolor, mas sin pena,
pues nadie lo sintió, y a nadie le importó.
A lo sumo,
puede que el espacio, en su imponente e inhóspita frialdad,
bostezara un adiós.
Y si alguna inteligencia nacida eones antes o después
–o existente en este mismo instante en un ignoto pliego del universo
a distancias que un humano no alcanzaría a medir–,
tuviera conciencia de ser y de estar,
jamás sabría lo que somos y fuimos.
Por capricho de la evolución,
y a diferencia de otras especies animales,
en un remoto eslabón de la cadena
la selección natural se equivocó
al introducir en nuestro código genético inteligencia y conciencia,
sólo para que nos diéramos cuenta de nuestras muchas limitaciones,
limitaciones de entendimiento y de ser insignificantes y finitos
en un espacio inmenso donde no cabe la compasión.
No existe otro animal sobre la faz de la Tierra que pueda crear,
pero la sensibilidad es un arma de doble filo,
porque quien puede crear belleza, también puede destruirla,
así que la destrucción se nos impone como un impulso irresistible,
pues la vida conduce inexorablemente a la aniquilación.
¿Y qué hacer con la sensibilidad
cuando la sensibilidad es un préstamo no deseado,
un inútil accesorio y hasta un estorbo?
La poesía es un error,
como error es la música
–Erato y Euterpe son la misma cosa–;
una maravillosa perturbación
dentro de un orden prosaico;
pero así y todo, un error.
Y yo,
que no soy más que un átomo galvanizado en un mar de iones,
una voz inaudible en un coro de esclavos,
aún suplico por un Dios que enmiende este fatal error.
La vida es un azar de magnitudes cósmicas
donde la banca siempre gana.
El que quiera ir de farol,
procure que su apuesta no sea alta,
si no quiere quedarse con lo puesto y a la baja.
Los años pasarán,
la Tierra seguirá rotando sobre su eje hasta que el Sol diga basta,
la vida morirá y nacerá
–como siempre, como nunca–,
sí, incluso el hombre desaparecerá...
Pero en un minúsculo rincón de este universo,
entre nebulosas de historias de todas las épocas y edades,
siempre reverberará el eco de nuestro amor.


© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

Oscar, qué maravilla ese final!
"La vida es un azar de magnitudes cósmicas". Elegí este verso porque me gusta especialmente pero en realidad debería resaltarlos todos.
Voy a volver a este poema, merece muchas lecturas más.

Besos, amigo, y mi admiración.

[Óscar Bartolomé Poy]

Imbuido de racionalismo y en medio del Universo, nos haces sentir pequeños, poco más que parte de la materia que se esparce en múltiples vidas. Pero se te salta una variable, la de la vida humana llena de contradicciones y enferma de sensibilidad, aunque cruel e implacable como especie. Todo la extensa disertación de tu poema recorre la angustia del existencialismo para concluir en el amor redentor. ¿Y si tampoco...?
Salud.

Has hecho una buena lectura de mi poema, cuando señalas el existencialismo y el amor redentor, pero no me he olvidado de esa enfermedad llamada sensibilidad, génesis de la conciencia. Es más, afirmo que la sensibilidad es un error, aun cuando ese error sea la razón de lo más sublime que ha dado nuestra especie: la música, la poesía, el arte, etc. Este poema es como una probeta donde se desarrolla la vida en microcosmos.

Saludos, Julio.

[Sara Castelar Lorca]

Este es un trabaja minucioso y que arroja tantas luces que uno se siente en medio de una maraña de dificil salida. Me gustan muchas de las cosas que dices y también en ocasiones me gusta muchísimo cómo lo dices, aunque en otras partes se me hace más prosa, aunque como te comentan mis compañeros eso no hace el texto menos hermoso ni rico, tan sólo le imprime un tono distinto y personal.
Destaco esta estrofa que me resulta más que interesante, Oscar:

La poesía es un error,
como error es la música
–Erato y Euterpe son la misma cosa–;
una maravillosa perturbación
dentro de un orden prosaico;
pero así y todo, un error.

Me encantó, un abrazo

Sara