que se guinda en el vértice de una estrella.
Sueño que se amalgama con tu pecho,
y se desborda en medio de tu alma.
Sueño infinito con tus besos, y el suave
titilar de tus pensamientos.
Soñar con las simientes del te quiero
que se entrelazan, ante el bocado magnífico
de nuestro aliento.
Divagar entre el cielo y el infierno,
sin anécdotas, ni preceptos.
Tomar de la vida lo que ofrece
y dejar que los sueños, sean nuestros.
Sueños que se tejen en silencio,
emulando confines de misterio.