
Blanda brisa que abanicas mis sienes con ternura
trayéndome el aliento del brezo y de la jara
hasta la escondida brasa de mi verbo,
sé tú la savia verde-luz y reposo-
de este viejo árbol sin barniz,que hecho cruz,
dejó de producir su fruto en primavera.
Y yo,entonces,
habitáculo de paz,libre a los vientos,
orientado a ciegas entre risueños girasoles,
izaré la voz que vista de color tu desencanto,
navegaré misionero tu cuerpo sin mojarte,
seré lo que desees que yo sea
aún cuando un carbunco de hiel me estalle las arterias
y me huyan las palabras al verso bien nacido.
*Andros