
La pupila valiente no es la que más vale,
así como un tesoro es un redoble
al inmaterialismo
-Las dos caras de la moneda.-
que determina quizá lo sobrenatural,
o quizá lo ignorante
de la doble interpretación.
Insisto en la vorágine del tiempo,
me relamo y no soy un semental.
Pienso:
"Qué importa lo que siento frente a este cenicero."
Ya vuelves y no vuelves.
Un poquito de intimidad te cedo,
viajas mi pensamiento como un péndulo.
Soy todo aire, o humo,
mi pasión es secreta,
tánto que me merezco un par de versos,
cuando no todos mis poemas.
He generalizado el peor de los pecados:
"No quiero no, que todas sean como tú."