
De niña era la Bella Durmiente
en un Palacio Encantado,
que despertaría con besos
de un Príncipe enamorado...
Pero en mi sueño Geppetto
inrrumpió dulcemente,
fabricando a Pinocho
que en vez de besos
sólo me sabe decir reprochos...
¡Ay de mi vida!
amante de un corazón de madera,
creí que era leño, ¡brasa!, puro amor,
ilusión en mi camino;
más envuelto en mentiras
dolor y desánimo vive mi reino...
Enero 2009