Ana García escribió:Estoy aquí
imponiendo mi ley ante el espejo
—aguas mansas—
hirviendo sin válvula,
metiendo el bisturí en lo que sobra,
sembrando noes sin arrepentimientos,
rompiendo burbujas a golpe de sonrisa,
caminando por la cuerda floja,
cansada de tensar el extremo.
Sigue el camino de las acacias
entre el jazmín dulzón
y el lago verdeclaro del fondo.
¡Estoy aquí, flotando!
Desnuda,
las manos extendidas buscando algas.
La cadera levemente hundida
y el muslo, bronceado, como un remo.
Es de noche y los grillos han abierto
la carne del ocaso.
El perfume es cada vez más intenso
y las hojas, otoño, de eucaliptos
se detienen al aire.
Enciende el cigarrillo, que ilumine tus ojos,
mas deja de temblar.
Estoy aquí, ¡mírame!
mientras penetra la humedad
en mi cuerpo aterido.
Aguarda en silencio, mi amor,
dulce melodía lejana.
Las acacias han movido
—pausadamente—
otra música.
¿No sabes que la vida enflaquecida
ahuyenta el arte del amor?
Descomposiciones orgánicas
que nos mostrarán
el otro extremo de la herradura,
sin dar la vuelta al guante,
para adivinar de qué estamos hechos.
Lo veo como una especie de autorretrato, donde el ser se hurga sí mismo. con la excusa perfecta del espejo. Sea cual fuere lo que encontremos en nuestro profundo interior, solo serán suposiciones. El misterio aún se enseñorea sobre nuestra naturaleza. Encuentro mucha solidez en tus trabajos poéticos: se nota que existe una meditación seria en la previa, un poco antes de la génesis. Eres una poeta que se está consolidando como una de las más representativas del foro. Últimamente, tus incursiones son apuntalamientos positivos para la imagen del grupo, no solo por la calidad de tus trabajos sino, además, por el apoyo que haces con tus atinados comentarios, buscando siempre la confraternidad. Este poema, en especial, me ha gustado mucho. Lo he elegido de entre unos cuantos que te los leí. Hay una femineidad exquisita en tus poemas.
Saludos de empatía.
Óscar