Muchas gracias por estar aquí.Pablo Rodríguez Cantos escribió:Leído tu poema con un título de tantas resonancias poéticas. Seguro que mata al virus. Y no rompe la vigilia. Saludos.
Un abrazo grande.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Muchas gracias por estar aquí.Pablo Rodríguez Cantos escribió:Leído tu poema con un título de tantas resonancias poéticas. Seguro que mata al virus. Y no rompe la vigilia. Saludos.
El libro casi acabado y sí esta es una primicia. Cuánto me alegra leer tu comentario. Espero estéis bien. Molts besets perletes.Alonso Vicent escribió:Andabas, la última vez que nos vimos, preparando tu nuevo poemario con esa mirada que tienes para hacer brotar la poesía desde la otra parte de la barra.
Absenta para un presente que nos asalta, que nos abordó de la noche a la mañana.
Cómo hicieron cambiar nuestros hábitos.
Excelente esta primicia de tu nuevo libro.
Besets desde els camps; que seguim entre taronjes sense haber parat.
Cuidat molt, i cuideuse.
Compañero yo muy feliz de verte aquí.Ricardo Serna G escribió:Ese viernes trece, por la mañana,
servía cafés, tostadas de mermelada
y cinco croissants de mantequilla,
mientras el futuro era dueño del suelo que pisaba;
y a deshora cuando el ocaso me pertenecía
sin una soga en la garganta.
Silvia
Encantado de conocer tu poesía
entregan luz y tus versos no tiene
soga en la garganta, sólo libertad y belleza.
Un abrazo fuerte
Muchas gracias querida compañera por estar aquí.E. R. Aristy escribió:Silvia Savall escribió:ABSENTA
Este viernes trece
amaneció deprisa para luego desvanecerse
pegándose en los talones.
La clientela confusa murmuraba
sobre la crónica del día,
de boca en boca corría como la absenta
donde la noche fue la reina.
El desasosiego y la alarma
atrapó nuestros cuerpos con impaciencia
deformando un presente decidido por el Estado.
La Sanidad desplegó su ejército blanco
para abrigar el origen de nuestro nacimiento
e hizo volar la calma,
más aún acariciar el espíritu de los ancianos.
Y se cerró el día,
y se cerró la noche más allá de las fronteras.
Los sueños respiraron
entre cuatro paredes con aroma de sándalo.
Y las luces hablaron por nosotros,
la música dominaba las aceras
aceptando lágrimas bajo el manto
de una misma estrella.
Ese viernes trece, por la mañana,
servía cafés, tostadas de mermelada
y cinco croissants de mantequilla,
mientras el futuro era dueño del suelo que pisaba;
y a deshora cuando el ocaso me pertenecía
sin una soga en la garganta.
Pero fui inmune, fuimos verano
bajo una bandera negra.
Silvia, nos dejas la belleza imposible de negarse ni de ocultarse bajo ninguna circunstancia. Tu buen hacer, tu sensible decir, tu maravilloso poema. Un abrazo, Roxane