como si cada gota que mi corazón bombea
fuese lluvia fresca.
que las nubes comienzan a cerrarse,
a volverse amenazadoras
por encima de mis hombros y tu cabeza.
que cautivo se encontraba bajo su tentadora mirada!
he sangrado, he llorado, he maldecido,
pero al final lo he imaginado y yo sola
me he levantado del asfalto.
el claro amanecer que en ellos se reflejaba
cada vez que su ceño corregía su mirada.
—medio tenebroso—
sus actos hacían entrever la cordura,
la terrible cordura del loco.
¿Quién lo iba a imaginar?
se creyera el viento por una noche,
que mirando las estrellas
se olvidara del mundo
para vivir de tus sentidos.
y todas me llevan a lo mismo, a ningún lugar.
Y todas me dicen lo mismo: imagina.