en la férrea latitud
que ve morir su semblante
para verse atrapado por tus velos azules,
apresuro…
Prepondera tu influjo,
mientras mis tramas presumen
bordarte el aire
y te enredo su sabor de luz,
salpicado de mi locura…
Me precipito a tu lengua
y me traduces lo exótico de la noche;
el mar y sus praderas florecidas;
el trino de la luna…
Me calas tan hondo
que puedo ver tu geometría,
modulando para mí el enfoque
que articula un silencio de aplomo,
arrullo de esencias, atravesándome los ojos…