Amores eternos
Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa,
a cambio de sus besos y su prisa;
con ella descubrí que hay amores eternos
que duran lo que dura un corto invierno.
[BBvideo 560,340][/BBvideo]
¿Cuál es el mejor poeta español de la actualidad? Lamento decepcionar a algunos que leen mucha poesía, pero se han obnubilado, no la buscan y no la entienden cuando se expresa en su prístina claridad, yo me decido por el autor de Peces de ciudad[ii], cuando nada en un mar tibio que no llega a puerto y, sin embargo, en el trayecto dice lo que siente para cantar las letanías del naufragio, y recordarnos que nos sobran los motivos para escribir un verso de amor en un poema de olvido.
Desgraciadamente solo unos meses separaron ambos conciertos y se repitieron dichos, chistes y canciones, por lo demás soberbio, sobre todo en el Palau.
[ii] Si alguien me dice que es Luis García Montero no pondría el menor reparo. Ahora, 27 de septiembre de 2020, pienso que Joan Margarit es su gigantesco rival.
(18 de octubre de 2014- 7 de diciembre de 2014)
Como un dolor de muelas
La madurez se alcanza cuando piensas con sinceridad que te puedes morir el día siguiente. Cuando es verdad sirve de poca ayuda a los otros, nunca nos creemos las palabras de alguien que va a morir o lo cree con algo de convencimiento, tampoco las de aquel que piensa que va a vivir para siempre cuando muera.
Sabina firma las palabras de otro, en este caso las del subcomandante Marcos, y añade las propias, y logra una de los aportes más brillantes a su colección de disparos a bocajarro a este mundo en el que vivimos que parece enfadado con la verdad; cuando aparece lleva con frecuencia el desgaste por el paso de los años de Joaquín y los mordiscos de su deriva quevedesca.
Cuando solo nos queda la verdad de nuestro pensamiento, ese que nos recuerda que aparecieron otras arrugas en la frente de nuestros amigos, que la sal de nuestras sienes es más amarga que atractiva en el recuerdo aún llorado de Gardel, que nuestro corazón dejará de latir sin saber que se habrá hecho de nosotros, de aquella niña blanca que ondeaba su pelo al viento, su risa y su esperanza, cuando perdemos el miedo a morir porque, como diría Pablo, la vida no vale nada, y luego sueñas que estás despierto para volver a dormir.
Que se llama soledad
[BBvideo 560,340][/BBvideo][/align]
que ser valiente no salga tan caro,
que ser cobarde no valga la pena.
Sé que a otras muchas personas les habrá ocurrido algo parecido, los que escribimos poemas siempre estaremos marcados por los poetas que nos llegan pero podremos ayudarnos de apreciaciones casi objetivas; dominio del lenguaje poético, léxico, ritmo, pausas, azares constatables... para reconocer que aunque no nos sintamos a gusto leyéndole nos encontramos ante un gran poeta, pero entramos de lleno en otros cuya principal virtud para nuestros ojos es que nos concilian con nuestra condición de hombres. No quiero decir con ello que Joaquín Sabina no tenga recursos poéticos, ni mucho menos, pero cuando pase el tiempo, ese dios implacable que pone a cada uno en su sitio, no será su técnica ni su habilidad con la pluma las que permitan su recuerdo, serán aquellas sentencias entreveradas, a veces en una canción no muy afortunada y el alma de lo que decía en apenas dos versos que implicaban su conocimiento de la naturaleza humana. Joaquín no tiene nada que ver con el Príncipe e intuyo que se siente dichoso de que así sea, ha sabido atravesar los pasillos sonrientes donde jugaba a ser feliz la criatura de Wilde y quedarse atrapado en el palacio de las preocupaciones donde el placer y el deseo tantas veces nos roban la sonrisa.