Así los veranos, la vida entonces

[Pilar Morte]

Sin metáforas ni palabras cultas, era todo tan sencillo...


El verano era el pueblo.
No sabíamos de viajes ni playas,
sólo abuelos y tíos para degustar pan de hogaza auténtica,
disfrutar la fresca de la noche, pasear bajo las estrellas
y seducirnos del misterio de la luna,
de leyendas antiguas: el velador que andaba,
un castillo de brujas… Todo era emoción bajo el silencio.
Disfrutábamos del viento azul, color y aroma de los días,
de ver abrevar las vacas, llenar cántaros de agua
y botijos para la sed.

El vino en la bodega, fresco,
trabado para masticar licor de uvas,
-por entonces el vino se mascaba-
Para nosotros, ir bajo tierra era aventura misteriosa
donde toneles despedían aromas sin olvido.

Recogíamos huevos del gallinero
asustados por el revoloteo de las gallinas entre las piernas,
ordeñábamos las cabras con destreza aprendida
y lavábamos en el río con agua que serpenteaba clara
del manantial a las manos.
Íbamos de excursión sentados en maderos
acondicionados en un carro
Nadie sentía la incomodidad de su dureza
ni los baches que golpeaban a menudo los glúteos macerados.
Se respiraba la alegría del momento, y era suficiente.

¡Qué felices cortando enormes calabazas y jugando a las tabas!
Bastaba una muñeca, no había necesidad de familia numerosa
para ser madre y acunar el sueño.

No teníamos edad para comprender qué era “el todo”,
éramos el todo sin saberlo.
Nosotros y el viento, el sol en las mejillas, las flores de los campos
con color y aroma, la fruta del árbol, los gorjeos del amanecer,
animales cumpliendo su ciclo, el pasear de hormigas- su carga-
arañas que salían entre piedras a por presas.
No sentíamos la separación. Familia, naturaleza y vida
era en nosotros la propia piel.

El tiempo cambia, las experiencias mueren
por evolución y tecnología.
Ahora los mayores, nos acercamos a la infancia
asimilando retos de este tiempo.

Hoy arrimamos el parque a nuestras vidas,
-la parte de naturaleza que disfruta la ciudad-
para sentir la madre de las madres.
Ella siempre lo es, aunque persista en su mandato como un ser frío
dueña del fuego, huracanes y lluvia.
Pero en ella y con ella continúa la vida.

[Gustavo Casado]

¡Hermoso poema, Pilar!

Como dices al comienzo: "sin metáforas ni palabras cultas". Me llevaste en un viaje placentero a mi infancia, en las vacaciones de verano, en el campo de mis abuelos.
Sencillo y con imágenes tan evocadoras. Yo también recogía los huevos, ordeñaba vacas y conducía carros y al hacerlo me sentía como un piloto de tormentas.

Lograste, magistralmente, un poema sencillo y con gran lirismo.

Para leer varias veces y dejar volar la cabeza.
Lo he disfrutado mucho.

Un abrazo.

[Pilar Morte]

Te agradezco infinito tus palabras tan emotivas. Sé que no será del agrado de muchos compañeros pero así salió, sencillo como ocurrió.
Abrazos
Pilar

[Julio Gonzalez Alonso]

Resulta poco alentadora la idea de ese contacto con la Naturaleza tan artificial de los parques, y en tu poema hay una llamada, si no a volver a un tiempo ya imposible, sí a la cordura y la reflexión sobre las relaciones humanas entre las personas y con esa madre tierra que nos acoge. Un abrazo con recuerdos del Moncayo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Precioso, amiga Pilar, este fresco de recuerdos que traen vivos y coleando su materiales mágicos. Lo maravilloso de poemas como éste es que permite a uno transladarse en el tiempo y atrapar las sensaciones de entonces.

Todo un placer de lectura, recrearse (y nunca mejor dicho) en tus versos.

Un bico, Pilariña.

[Pilar Morte]

Resulta poco alentadora la idea de ese contacto con la Naturaleza tan artificial de los parques, y en tu poema hay una llamada, si no a volver a un tiempo ya imposible, sí a la cordura y la reflexión sobre las relaciones humanas entre las personas y con esa madre tierra que nos acoge. Un abrazo con recuerdos del Moncayo.

No soy de las que piensan que el pasado fue mejor, pero en el caso de la naturaleza creo que no ayuda separarnos de ella. Gracias, querido amigo, por tus sabias palabras.
Abrazos
Pilar

[Pilar Morte]

Precioso, amiga Pilar, este fresco de recuerdos que traen vivos y coleando su materiales mágicos. Lo maravilloso de poemas como éste es que permite a uno transladarse en el tiempo y atrapar las sensaciones de entonces.

Todo un placer de lectura, recrearse (y nunca mejor dicho) en tus versos.

Un bico, Pilariña.

Me alegra, querido amigo, que hayas disfrutado el poema. Gracias por decírmelo.
Abrazos
PIlar

[Ana Muela Sopeña]

Maravillosa está mirada retrospectiva a la infancia. Ese tiempo sin tiempo vivido en plena naturaleza haciendo cosas sencillas con la familia, con los amigos...

Me ha encantado
Felicidades
Un beso grande
Ana

[Pilar Morte]

Maravillosa está mirada retrospectiva a la infancia. Ese tiempo sin tiempo vivido en plena naturaleza haciendo cosas sencillas con la familia, con los amigos...

Me ha encantado
Felicidades
Un beso grande
Ana

Gracias, querida amiga, por tus palabras tan gratificantes. Me alegra que te haya gustado.
Abrazos
Pilar

[Pablo Ibáñez]

Pilar,

me ha encantado este paseo por la infancia, por el pueblo. Con detalles que rebosan autenticidad y ternura.

Un abrazo.

[Alonso Vicent]

Hemos dejado de lado tantas cosas que al final será imposible reconocernos. Supongo que, como todo, la vida es un ciclo. Yo, por si acaso (o por las dudas), voy volviendo a los orígenes.
Precioso poema, Pilar, entonces, y sus veranos.
Un abrazote.

[Anita Lis]

Pilar precioso y evocador este recuerdo, ¡que felices eramos entonces cuando solo disfrutábamos de la natura y de los animalitos de la casa!, bajo un cielo tan límpido que en la noche mirando las estrellas...soñabamos. Te felicito

[Rafel Calle]

Hermoso canto a los tiempos que fueron y que ahora parecen tan lejanos como nuestra propia identidad.
Estás muy inspirada, amiga Pilar.
Felicidades.
Abrazos.

[Pilar Morte]

Pilar,

me ha encantado este paseo por la infancia, por el pueblo. Con detalles que rebosan autenticidad y ternura.

Un abrazo.

Gracias, querido amigo, por dejar entralables palabras.
Abrazos
Pilar

[Pilar Morte]

Pilar precioso y evocador este recuerdo, ¡que felices eramos entonces cuando solo disfrutábamos de la natura y de los animalitos de la casa!, bajo un cielo tan límpido que en la noche mirando las estrellas...soñabamos. Te felicito

Gracias, Anita, por leer y dejar tus gratas palabras.
Abrazos
Pilar