
ni en broma ni en palabras te daré sepultura,
cuando la claridad abrumadora
venga a contar las horas del desierto,
sabes a ciencia cierta que sobran espejismos.
Soy quizá esa ilusión que trasluce la luz,
o la tristeza exangüe a cuentagotas,
ese cuento, esa fábula, el tebeo,
por orden judicial y secuencial
que recorre sin fines todas mis relaciones.
No ibas a ser distinta, conmigo ni sin mí,
no conoces tampoco al perro abandonado
que murió y se hizo estatua en tu portal,
ya que quedé de piedra, me ofrezco al bien común,
un acatador insigne de palabras.
Las musas me atacaron, obtuve el beneplácito,
del camino jamás inescrutable,
no solo de escapismo vive la coraza,
así como los ríos transfiguran océanos,
-De perdidos al río, jamás en solitario.
Sigo echándote en cara mi expresión delicada.-
Formo parte de un genio,
genio que me desbanca por la noche,
y examina mi tesis cada día.
Buscarte explicación no ha sido fácil,
pero ahora me pongo en tu pellejo,
quizá sea nocivo para ti, a mí me va de perlas,
con lo mínimo saco mi lengua a flote.
Una capa tras otra, superhéroe,
ya que la variedad está en el gusto,
te preparo la cena y te hago un hijo
cada vez que me tachan como a un sabelotodo.
Mi secreto jamás residía en el ego.
Idealizaba:
"Construía sentencias con vista a largo plazo."
"Nunca he roto ni un plato, ni matado a una mosca."
"Pero todos se hacen la víctima conmigo."