tan sin tallos..., tan sin ramas...
tan sin vida...
tan callada...
Tan sin ganas acunando en no regazo,
ese trozo de su carne parido entre las cañadas
jugando a lamer la teta..
la teta seca... sin savia...
sin nata que se rezume ó que cuaje la esperanza.
Allí queda la mirada quinceañera,
así...
como si nada,
de okupa entre los portales, ameba de las aceras
la mano como en desmayo hacia la boca del cielo
implorando ( cree ) limosnas,
otra mano que retiene los caballos de su alma desbocada,
reclamando la inocencia entre pactos desvirgada,
unos pechos que se asombren,
unos muslos que, al aroma de lavandas,
explosionen con el goce del nombre que tuvo ganas.
Y allí sigue... allí
sentada..
mientras pasan las meriendas...
¡ ay...¡
mientras pasean las barcas.
( Tántos minutos de silencio desgastadoss... tántas manos levantadass... tantas palabras al viento y allí siguen todas ellas,,allí, sólas, sentadas con el bebé de turno en brazos esperando que las rediman¡ pobres niñas¡¡ las veo mirando las meriendas de los niños que bajan de los autobuses escolares jugando...)