con regueras de sangre inocente
de aquellos que lideran el frente
mientras otros castigan sillón?
¿No es mejor que nos demos la mano,
no importa si derecha o la zurda
desoyendo al político que urda
enfrentamientos, ira y fricción?
Basta ya de morder el anzuelo,
se trata de pedir más derechos
desterrando los viejos maltrechos,
renovando fatal tradición.
Conservemos, no obstante, la idea
de que somos personas iguales
respetando por siempre ideales,
convenciendo con paz y razón.
No faltarán personas avaras
y es verdad que entre toda la gente,
en retaguardia habrá algún “valiente”
que se obstine en fatal cerrazón.
Mas si aquellos jamás dan la cara,
¿qué hacemos entregando las nuestras
mientras ellos, la diestra o siniestra,
lo celebran con un alegrón ?
Unamos nuestras fuerzas y empeño
y que nadie consiga engañarnos
ni con fría maldad enfrentarnos
con promesas de nimia ración.
Si la vida es cuestión de semanas,
si tan corta en verdad es la vida,
no seamos el torpe suicida
que se bata por falsa ilusión.