Ja, ja, ja… recuerdo que cuando iba a Madrid, algunos fines de semana, con mi Vanette y el Ussala (pastor alemán), tenía que pelearme con él para que cagara en el asfalto. Y lo entendía al pobre; si es que en la ciudad no se puede cagar tranquilo, acostumbraico como estaba él a buscarse unas hierbecitas o una sombra entre naranjos.Antonia Mauro escribió:Alonso Vicent escribió:Tú no conoces a la familia de gorriones de mi aldea que vive justo al lado del nido de cernícalos del patio. Esos sí que tienen un par... de alas y mucha práctica de vuelo, je je.
Veo que sigues enamorado de la ciudad y de sus pájaros... y del poder de adaptación de las especies en un ámbito u otro. Así debe de ser.
Almorzando tocino me pilló el poema mientras en los patios llueve y los gorrones, gorriones quería decir, me miran desde la "sototeja" con envidia, je je. Los gatos también los miran y salivan.
Grande el poema, Luis.
Un abrazo.
Así me gusta Alonsiño, tocino y pan de pueblo, a ver si aprende el Luis que ese sólo sabe moverse en el asfalto,
Le tenemos que dar unas clasecitas, aquí los de la pequeña ciudad.
El Luis sustituye el tocino por o pechuga de pavo plastificada o por velocidad,
Nosotros panceta y tranquilidad de los pájartos. Mirando al cielo desde la rama..
si es que los tontos no se acaban ajajajajaj
Alonso defiéndeme que me va a dar una colleja, como si lo viera.
De todo hay en la viña del señor y de la señora… pero le has llamado tonto, y de esa no te “Libras”, je je je.